28.1.06

Buscando bajo la lluvia

Ayer se escapó el canalla, y menuda lluvia estaba cayendo.

Conseguí entender algo sobre una "junta vecinal", pero no me enteré bien de qué va eso.

El caso es que lo vi entrar donde la cochera, oí la puerta de fuera y ya no se supo más del canalla, que ni se había despedido ni nada, el muy maleducado.

Al canalla le gusta la lluvia más o menos como a mí, que es bastante poco. Por tanto, si se había ido con la que estaba cayendo es que algo raro estaba pasando. Ello me llenó de inquietud y, aunque no se lo merece, decidí que tenía que salir a buscarlo.

Sabía que había salido por esa puerta, la oí abrirse, pero no la oí cerrarse, así que estaba aún abierta. Me hice el disimulado y esperé mi oportunidad. Sólo tenía que abrirse un momento la puerta de va de la cocina a la cochera. Y allí, sentadito, haciéndome el bueno, esperé el momento.

Y el momento llegó. La linda humana entró a buscar alguna cosa, y entonces aproveché para salir disparado en busca del canalla.

Lo pasé mal pues, no sé si sabrán, con el agua, especialmente con la lluvia, los perrines perdemos la orientación olfativa, pues el agua limpia todas las olores que nos sirven de rastro.

Era curioso, por la parte de atrás de las casas estaban casi todas las puertas de las cocheras abiertas, y no me llegaba la olor del canalla por ningún lado, así que me tuve que poner a registrarlas todas.

"Snifff, snifff, no, aquí no está. Sigiente, sniff, sniff, aquí tampoco. Y joé cómo llueve, me estoy poniendo hecho una sopa".

Y así, una tras otra. Cuando ya empezaba a pensar que se había esfumado del todo, oigo un murmullo humanoide, justo en la última de todas las cocheras.

Me asomo... y ahí estaba el muy canalla. Me fuí para él disparado, a regañarle por habernos abandonado de esa manera tan indigna y dejar que estuviera por ahí mojándome, que ya estaba como un pollito, cumpliendo con mi obligación de custodiar a mi humano, que será como sea, pero es el mío.

Encima el tío va y me regaña porque aparecí por allí, a resolverles los problemas a los humanos.

Creo que alguien hasta llegó a proponerme como presidente de la comunidad. Pues sí, eso faltaba, que además de resolverle los problemas a mi canalla se los tuviera que resolver a los demás...

Hecho una sopa
Hecho una sopa y todo tuve que salir a buscar al canalla

26.1.06

Volando voy

Corro que me laz pelo.


Corro muuuy rápido

25.1.06

El juezgo de la peloztica envidioza

¿Lez he contado como ez el juezgo de la peloztica envidioza?

Puez zi. Veamoz. Conzizte en que voy yo y atrapo la peloztica en mi boca. Como zólo ezo ez muy aburrizdo puez voy y me acerco al Pelu con ella en la boca. Paso muy muy cerca y ze la enzeño para darle envidia.

Como el Pelu ez muy envidiozo enzeguida entra en el juezgo. El Pelu intenta quitarme la pelozta y corro por la caza con ella. Doy vueltaz alrededoz de loz mueblez, y voy de una habitación a otra, y el Pelu detraz, rabiando vivo de envidia.

Cuando ze azerca muncho para quitazme la peloztica tengo un truco. Aparto la cabezica pal otro lado y acerco mi culito a él, para protegezme, y ezo le hace rabiar aún maz, y yo me lo pazo pipa.

Ezte juezgo ez muy diveztido. Zuele terminar cuando el cortabolloz del canalla aparece y dice: "¡¡Bueno, ya está bien, se acabó!! y va el muy canalla y noz quita la peloztica. La querrá para jugar él zolo. Azí ze la meta por ...


Juezgando a la peloztica
Le zaco envizdia al Pelu y corre traz de mí pa quitazme la peloztica

18.1.06

Perros contra el cáncer

Ya les dí la primicia hace tiempo. Los cánidos somos capaces de olisquear de maravilla. Primero fue detectar el cáncer de vejiga, y ahora unos colegas se están dedicando a olisquear a los humanos para encontrar varios tipos de cáncer, como el de pulmón o mama.

¿Que cómo lo hacemos?. Pues muy fácil. Le olemos el aliento a los humanos. Sí, claro, ya se pueden imaginar que a muchos no les huele a gloria precisamente. Pero mira, los perritos somos muy sacrificados, y si hay que olerle el aliento a los humanos para encontrarles el cáncer, pues se les olisquea, y nos quedamos tan contentos.

Yo he probado hoy a olisquearle el aliento al canalla. Y mira, cáncer no creo, pero lo que sí que parece que hace es comer caca de gato. Qué asco de tío...

Lo cuentan hoy en 20 minutos:

Una clínica de Carolina del Norte ha logrado criar a tres perros labradores y dos portugueses para que puedan detectar con el olfato cánceres de pulmón y de mama con una fiabilidad del 90%. La importancia del descubrimiento, publicado por la revista Integrative Cancer Therapies, radica en que los canes son capaces de detectar la enfermedad en sus inicios.

17.1.06

¡Ha aparecido Chispa!

¡¡Bieeennnn!! Ha aparecido Chispa, la perrita que el otro día les conté que se había perdido.

Lo que pasa es que la historia es muy rara, y de esas que huelen a pipí de gato.

Resulta que la habían secuestrado. O algo así. Cosas de las que sólo son capaces los humanos, y que los perrines jamás, jamás haríamos.

Esto es lo que me cuenta la propia Chispa:

"Peludo, vas a flipar con lo que me ha pasado.

La historia empieza el otro día, cuando iba yo paseando con mi humana (Natalia). Dice mi humana que como aún soy muy pequeñaja me emociono mucho cuando me enjugasco, y pierdo la cabeza.

Eso debió pasarme el otro día, pues me emocioné siguiendo una olor muy interesante y salí corriendo, y cuando me vine a dar cuenta, no ví a mi humana y yo no tenía claro donde estaba.

Me asusté un montón. Y dí vueltas buscando a mi humana. Pero no hubo forma. No conocía aquella zona y me puse muy nerviosa.

Pasé mucho frío y no tengo claro cuánto tiempo estuve dando vueltas por ahí.

El caso es que terminé en brazos de una señora, que me llevó al sitio ese feo que llaman perrera. Y allí estuve un rato.

Luego vino un señor y dijo que me quería adoptar. ¡¡Pero ese señor no era el humano que hay en mi casa!!. Uff, qué miedo que pasé de ver que me querían llevar.

Parece ser que el señor ese que me sacó de allí y la otra señora que me llevó se conocían de algo, pues le pude encontrar rastros de olor en su ropa, que tonta no soy y, otra cosa no, pero el olfato lo tengo bien bueno.

El caso es que, al poco tiempo (creo que era el día siguiente), estaba con una nueva familia, pero esta no era mi familia.

Me sacaron a pasear por la calle. Yo iba triste, pensando qué sería de mí a partir de ahora, y dónde se habría metido mi familia de verdad que no venía a buscarme.

Pero, de pronto, me llegó una olor que conozco muy bien. Uff, qué subidón. Era la olor de mi mamá, la de verdad (Natalia). Cuando la ví me volví loca de alegría. Grrrr, grrr, que gustirrinín encontrarla al fin.

Pero no. Pasó algo muy raro. La nueva humana decía que ahora yo le pertenecía y que no me podía ir con Natalia. El señor grande de esa casa nueva también decía lo mismo. Y no me dejaron ir con mi familia (la de verdad).

Me han contado después que en la perrera ésa pasó algo muy raro, pues alguien de allí hizo cosas extrañas para hacer que yo no volviera con mi familia de verdad, sino con esa nueva gente que decía ser mi familia.

Parece ser que hay una cosa que los humanos llaman procedimiento, y que a mí no me lo aplicaron bien. Dijeron que me habían puesto el michochip, pero yo no llevo nada de eso en mi cuerpito.

También dijeron que yo llevaba allí no sé cuánto tiempo pero, en realidad, allí estuve muy poco tiempo. Eso sí, lo suficiente como para enterarme de algunas de las cosas que pasaban en ese lugar.

A algunos de nuestros colegas caninos abandonados o perdidos (como yo) les buscaban una nueva familia, pero otros chuchos con los que pude ladrar un rato me dijeron que estaban preocupados, que a los que no eran adoptados al poco tiempo de estar allí se los llevaban a un sitio extraño, que olía muy mal, y que ningún can había visto que perro alguno volviera de allí. No puede ser eso nada bueno.

El caso es que, por lo visto, a lo que a mí me han hecho parece que se le llama secuestrar. Pero esta historia es muy rara, pues parece que en la perrera esa alguien quiso que yo no volviera con mi familia de verdad.

¡Qué cosas son capaces de hacer estos humanos!...

Parece ser que quien hizo que todo terminara bien fue la humana mala de verde (veterinaria le llaman también), que en este caso de mala tenía poco.

El caso es que al fin he vuelto con mi familia. Y a Natalia, de pura alegría que me dió, le he pegado unos lametones que pa qué.

Ten cuidado, Peludo, que hay por ahí humanos capaces de hacer cosas muy malas."

Hay que ver, y todavía voy yo y llamo canalla a mi humano. En comparación con lo que son capaces de hacer algunos, mi canalla es un bendito...

Tantos perrines por ahí abandonados, y van unos humanos y se empeñan en secuestrar a una perrina que sí que tiene una familia que la quiere.

Como diría el colega Ideafix, el perrín de Asterix, "están locos estos humanos"...


Chispa en su camica
Ahí está Chispa, toda contenta en su camica

13.1.06

Perrita perdida en Murcia

Se ha perdido una linda perrita en Murcia. Ha sido en la zona de San Andrés.

La perrita se llama "Chispa", tiene 6 meses y , como yo, es de raza "familiar", más bien pequeñita, y tierna a más no poder.

Si alguien la encuentra puede avisar a Natalia Sánchez Nicolás Tfno. xxxxxxxxx

Vean, vean que guapetona es:


Perrita Chispa perdida en Murcia

Perrita Chispa perdida en Murcia

12.1.06

Primeros auxilios caninos

Hoy el ladrido viene directamente desde RPP Noticias, y habla de cómo deben atendernos nuestros humanos cuando tengamos algún accidente o nos hagamos una herida.

Una herida del Cano

A ver si toma nota el canalla, que esa herida del Cano, que traía de cuando su vida callejera, se la tuve que curar yo solito, a base de lametones.

Debido a que el perro es travieso por naturaleza y no mide el peligro de algunas de sus acciones, puede acabar con golpes o heridas que podrían ocasionarle serias molestias e incluso poner en riesgo su vida. El perro es completamente dependiente de su amo, por eso éste debe aprender como actuar ante determinadas situaciones, aunque lo más recomendable siempre será llevarlo al veterinario.

¿Cómo llevar a un perro herido?

Un perro pequeño es fácil de cargar pasando una mano por su pecho y levantándolo. Un perro de tamaño mediano se lleva pasando ambos brazos por el espacio que queda entre sus dos patas (mirándolo de costado). Haya que tener en cuenta que si el perro está adolorido puede ponerse agresivo así que la mejor manera de cargarlo es sujetarle con un brazo alrededor del cuello, como abrazándolo, y el otro pasarlo por debajo del vientre.

Heridas pequeñas

Lavar la herida con agua y jabón y desinfectarla con agua oxigenada. Echar en la zona afectada una crema antibiótica para evitar la infección y cubrir la herida con una gasa. Este pequeño vendaje debe cambiarse cada dos días

Ingestión de veneno, alimentos en mal estado u objetos

Darle de beber agua con abundante sal para que vomite. Nunca aceite u otra sustancia, esto puede ocasionarle la muerte. Si ha tragado un objeto puntiagudo no debe provocarse el vómito, darle pan remojado en leche para que elimine el objeto.

Picadura de insectos

Extraer con cuidado el aguijón del insecto con unas pinzas y colocar hielo en la zona de la picadura. Si el insecto picó al perro en el hocico y se presenta una inflamación importante llevar al pero inmediatamente al veterinario o corre el riesgo de morir.

Cuerpo extraño en el ojo

Con un poco de gasa sacar el objeto del ojo del perro. Coger al perro por la cabeza para que no se mueva y aplicar una crema antibiótica. En caso de que la lesión ocasionada por el objeto produzca sangrado, llevar al perro al veterinario luego de proteger con una gasa el ojo del perro para que no le entre otra cosa.

11.1.06

Me gustan las pipas

Dicen el canalla y la linda humana que tengo gustos raros. ¿Qué sabran ellos de rareza?. Sobre todo el canalla, que es una rareza sobre dos patas...

En realidad, como gustar, a mí me gustan los bocatas de pavo o de jamón york, incluso las salchichas.

Pero sí, también me gustan las pipas. Pipas, sí, las semillas de girasol también le dicen a eso.

Y yo, que soy habilidoso, hasta he aprendido a pelarlas y todo, como hacen el canalla y la linda humana.

Sólo hay que masticar un poquito en la boca, pero sin triturar, se apartan las cortezas a un lado, la pipa se mordisquea un poco y pa dentro, y luego se escupe la corteza. Es fácil.

Cuando ellos se ponen a zampar pipas, que están viciados vivos con eso, yo me pongo a un lado y exijo mi parte. Así, dando con la patica en el brazo del canalla:

Ras, ras, ras
- "Ehh, que quiero una yo también".

Y venga, a comer pipas.

Encima ahora el Cano, que es un copión en todo, se ha aficionado también.

Al final nos ponemos uno a cada lado del canalla, venga dar con la patica. Ras, ras, una para el Pelu. Ras, ras, otra para el Cano, otra para el canalla. ¡¡Ehhh!!, ¡¡que cogiste dos!!. Será canalla...

La linda humana, que es la única humana que a veces tiene algo de sensatez en esta casa, le dijo al canalla que mejor nos las diera peladas, no nos fuéramos a atragantar o algo.

Sé pelarlas, pero mira, si me ahorran el trabajo, mejor que mejor.

Pues nada, que el canalla y la linda human flipan al vernos comer pipas.

¿Qué pasa, vds. tampoco se lo creen?. Perros de poca fe. Vean, vean...

Comiendo pipas

5.1.06

Pa habernos matao

Maere mía ¡qué susto más grande!.

Fíjense, que he estado hasta hoy sin contarles nada de puro miedo a recordarlo siquiera.

Se trata de mi último paseo del año pasado. Sí vamos, cuando nochevieja. Porque no, la de este año no ha sido como la nochevieja del año pasado. Ojalá.

El caso es que íbamos paseando por donde la zona norte, ya entrada la noche.

Como los humanos éstos están algo pallá, cuando están de fiesta les da por tirar al aire unas cosas que llaman petardos y cohetes, que hacen un ruido aterrador. Y ahí los tenían, todo el barrio dale que te pego.

Justo delante de nosotros empezaron a tirar unos que, además de un ruido ensordecedor, soltaban unas luces horripilantes. Vamos, que empecé a lloriquear y me dí la vuelta para volverme para casa. Casi a tirones me volvió el canalla para que terminara el paseo como un perro de verdad.

Fue entonces cuando nos topamos con una pareja de perracos vecinos, que salían a la puerta de su casa a estirar las paticas. Bueno, lo de paticas es un decir, porque eran dos enormes boxer, que nos sacaban 5 cuerpos a cada uno.

Yo, que estaba con el ataque de pánico por los cohetes, seguí ladrando. Le ladré a los cohetes, al canalla, y también a los perracos estos. Ellos me miraban con aire distante, autosuficiente, como despreciativo.

Y venga tirar cohetes, y yo venga ladrar, cada vez con más mala leche, acercándome más a ellos.

Qué le voy a hacer, pagué mi rabia con los perracos estos, que eran lo que tenía más a pata.

Al rato de estar así, parece que se le acabó la paciencia al que tenía frente a mí. De repente, sin avisar siquiera, se me echó encima y... Bueno, no sé cómo contarles la paliza que dió el tio.

Me atrapó bajo él, a traición, aprovechando que yo iba atado y él suelto.

El Cano no paraba de ladrar también, pero dando los pasicos más para atrás que para adelante.

Y yo ahí debajo, inmovilizado. Presa del terror, del pánico. No se pueden imaginar lo mal que lo pasé. En la vida me había visto en una así.

Dice el canalla que nunca me había oído gritar de esa manera tan desesperada. Auténticamente parecíame morir allí mismo.

Y el otro, chafándome vivo con su cuerpo, y yo venga dar alaridos de la muerte.

Al final, en cuanto cambió de postura, no sé bien que pasó que salí volando un par de metros y aterricé donde el canalla. Creo que fue el propio canalla quien, cansado del espectáculo y de no hacer nada por mí ni defenderme, dió un tirón de correa y me sacó de ahí, con el Cano colgando detrás también.

En realidad hizo bien, porque yo estaba a punto de darle la vuelta a la situación. Y menudo soy yo cuando me enfado de verdad...

Al llegar a casa no tengía ganas de nada. Me acurruqué en mi camica y me tiré un buen rato lloriqueando. No, no, no lloriqueaba de miedo, no piensen mal, sino de pena por el canalla, de vergüenza ajena, de ver esa calamidad humana, que me llevó a una encerrona y, encima, no me defendió ni nada. El muy cobarde y canalla...

Como comprenderán, esa noche no estaba yo para fiestas. Me conformé con no salir de casa y sufrir como pude el susto que me llevé y los cohetes que siguieron tirando toda la noche.

Pa habernos matao...