Una de las cosas que hago, para que vea que me cae bien y que sólo estoy un poquito celoso (un poquito nada más) es chupetearle las heridas, cosa que va de maravilla para que se le cure pronto y bien.
Además, una de ellas la tiene en el lomo, en un lugar al que el solito no puede llegar para lamerse, así que de ésa ya me encargo yo con dedicación. Tanto esmero le pongo a la cosa que, de tanto lametón, ha terminado por caérsele del todo el poco pelito que le quedaba en esa zona.
Así, todos los días dedicamos un ratito a su cura diaria. Chiup, chiup, chiup, y la heridita se queda más limpia que una patena. Vamos, no se le vaya a infectar o algo a estas alturas...
Una herida de guerra de Cano
4 comentarios:
peludo esos son hermanos y lo demás tonteria.
bien colega, asi se siente querido antes.
saludos perrunos
A mi Pipa, en cuanto me ve un poco desdejada y tristona, aunque nadie más se de cuenta, ya me pega unos lametones integrales tremendos. Y me saca a la calle haciendo como que se mea (que es mentira)Y se arrebuja en mi espalda durmiendo, me destroza, que me duele todo, pero ella lo hace para que tenga calorcito y sea feliz. Sois estupendos.
Me acabo de enterar de la noticia por nuestro Verdi
¡¡ENHORABUENA PELUDO!!
¡que guapo es Cano!
espero que escriba pronto tambien o.... ¿tendra otro blog?
si es asi te ruego me lo digas ¿ok?
patita pa los dos con too mi cariño
ahí, lamiendo con tesón, así me gusta. qué buen anfitrión!
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