22.12.07

Sábado sabadaco, el gran paseaco

Los sábados son un día especial. Siempre me he quejado de lo cortos que son los paseos que suele darnos el Canalla. Sin embargo, últimamente los sábados podemos disfrutar de un paseo en condiciones.

Después del desayuno, bueno, desayunar desayunan el Canalla y la Linda, que a mí y al Cano no nos echan nada que llevarnos a la boca tras el paseo de la tarde, decía, que tras su desayuno nos subimos los cuatro en el coche y nos vamos a un sitio llamado Campus que está cerca de casa y donde podemos corretear a nuestro gusto, sin correas ni ataduras ninguna.

Hay por allí un bosquecillo que nos gusta especialmente, pues hay hasta ardillas. No vean que divertido el otro día, cuando casi cazamos una, pero la puñetera consiguió subirse a tiempo a un árbol. Un buen rato estuvimos esperando debajo, acosándola, pero no hubo manera. Ya habrá mejor ocasión.

El que parece que se vuelve loco es el Cano. Que manera de correr el puñetero, pareciera que le va la vida en ello. Más que correr parece que hace vuelo rasante. A mí me gusta ir más poco a poco disfrutando del paseo, pero el Cano parece que sólo quiere jugar a las carreras, llegar el primero y estar a la vez conmigo y con nuestros humanos.

Bueno, les dejo unas imágenes de una de estas excursiones.

9.12.07

Hemos vuelto

Sí, hemos vuelto. Ya sé, ya sé que algunos estábais preocupados y todo después de tanto tiempo sin dar señales de vida.

Bueno, qué decir como excusa. El caso es que durante este tiempo el Canalla no nos ha dejado usar el ordenador. Dice que ha estado muy liado con una cosa que se llama boda, que él y la Linda se han casado y que eso quita mucho tiempo. Y a mí qué, a mí me bastaba con que dejara el ordenador encendido.

En fin, que dice el muy canalla del Canalla que hasta habían pensado que el Cano o yo colaboráramos en la boda ésa, pero que la idea se descartó. Creo que habían pensado en que el Cano hiciera la entrega de los anillos, pero alguien le puso algo de cordura a todo aquello y lo impidió. Imagínense al Cano llevando los anillos. Menuda boda...

El caso es que parece que las cosas empiezan a normalizarse, aunque todo esto, además de nervios, también nos ha costado una temporadita abandonados en la residencia de Toñi. Pero bueno, esa es otra historia.

Pues ya estamos aquí, atentos a todo lo que pase para contárselo a vds.