30.6.05

¿Gordelio yo?

El otro día alguien insinuó que la buena vida se empezaba a reflejar en mi físico. Para mí que me estaba llamando gordelio. ¿Acaso soy yo el canalla?. Ése sí que es gordelio, no yo.

De todos modos me quedé preocupado, pensando si no me estaré convirtiendo en un perrín obseso de esos que se ponen morados a comer y luego no se pueden ni mover. Pero no, creo que obseso no estoy.

Para salir de dudas he acudido al archivo y me he puesto a comparar una foto mía de hace algo menos de un año y otra de ahora, pero sigo sin tenerlo claro.

Me gustaría saber la opinión del sufrido lector. Para no influenciar no diré aún cuál de las dos fotos es la de ahora.

¿Gordelio yo? ¿Vd. que piensa?. Espero sus comentarios.


¿Estoy más gordelio?
¿Les parece que he engordado?

28.6.05

Podofilia delatora

Me han pillado. No sé cómo pero me han pillado.

Resulta que ahora, con toda la calor que hace, mis humanos se han apiadado de mí y me están dejando que me quede dentro de casa cuando ellos se van por ahí y me abandonan por las mañanas. Ya se fían más de mí, pues últimamente dicen que no les hago grandes trastadas y, además, si tengo mucho frío o mucho calor, ya comprobaron que hasta sé encender el aire acondicionado yo solito.

Lógicamente, yo aprovecho para echarme alguna que otra siesta en el sofá ése. He comprobado que lo que lo que me causa problemas no es que me eche siestas en el sofá, sino que me pillen. Y el matiz es muy importante. Así, si no están en casa, pues no me pillan.

Y eso hice. Me eché una buena siesta esta mañana y, cuando llegó el canalla a recogerme, me levanté raudo e hice como que nada había pasado.

Sin embargo, esta tarde el canalla se ha pasado un rato diciéndome que no debo subirme al sofá, que soy un chucho malo y otras cuantas reprimendas más.

También me ha dicho:

-"Pelu, no pongas cara de que no ha pasado nada, porque te he pillado bien pillado. No hace falta ser el Grissomn de CSI para saber que has estado en el sofá. La podofilia te ha delatado, y no es la primera vez".

Me gustaría saber quién es la podofilia ésa mala, que se iba a enterar, por chivata. Aunque, ahora que lo pienso, eso me suena a una enfermedad muy maligna que hace tiempo dijeron mis humanos que tengo.

Pues sea quien sea o lo que sea, se va a enterar la podofilia ésa como la pille. Le voy a morder en donde más duele. Por chivata.

Lo que sigo sin tener claro es cómo me ha pillado. No hago más que repasarlo todo, darle vueltas, pero no veo cómo se puede haber enterado.


Nada. Que no sé cómo se ha podido enterar
Nada. Por más que lo pienso no sé cómo se ha podido enterar

27.6.05

Más carteles canófobos

Mi perra no se mea en tu puerta. Que no lo haga el tuyo en la mía. Y hasta lleva dibujito y todoNada, que no hay manera de salir por el barrio sin llevarse un susto en forma de cartel canófobo.

Estoy rodeado. Este último que les enseño hoy está justo al doblar la esquina. Parece que el vecindario se ha puesto de acuerdo para que no podamos hacer nuestras necesidades a gusto.

Y eso que yo procuro hacerlo siempre en donde único me deja el canalla: en los jardines, árboles y, porqué no, alguna farola y boca de riego, lo confieso.

Por si no han seguido las historias anteriores, ahí les recuerdo la saga de carteles canófobos que me he ido encontrando durante mis paseos y que ya les comenté. Ojo, y no es que yo me vaya muy lejos para dar mis paseos, no, eso quisiera yo, que el canalla no me lleva más lejos porque es muy gandul. Pues fíjense cuánto cartel en tan pocas calles.

En la carnicería a los perros ya no nos dejan fumar:

Prohibido Perros Fumar

Justo en el jardín de la puerta de casa nos suguieren que hagamos las necesidades donde lo hacen los humanos:


Se ruega a los propietarios de perros que los traen a este jardin a hacer sus necesidades que las recojan y las tiren a la papelera o en caso contrario que pongan a los perros a que las hagan en sus casas

En otros casos no se sabe si le piden a uno que no haga ahí sus necesidades o si justo lo contrario, y encima ponen atractivas tinajas, de las que nos gustán a los perrines para echar la gotica:

Mi perro no se caga ni se mea en su puerta. Procure que el suyo haga lo mismo en la mía

Otros, en cambio, son más educados y se dirigen directamente a los interesados, para que llevemos cuidado con nuestros humanos:

Sr. Perro/a, evite que su dueño haga sus necesidades en esta esquina. Gracias y un saludo

25.6.05

Técnicas para sujetar un hueso

El otro día, poco antes de llevarme a la casa de la humana mala de verde para que se comieran mi linda melena, como se ve que el canalla debía de tener la conciencia muy muy pesada por lo que estaba a punto de perpretar, me quiso mimar, para ir confiándome y engañarme vilmente como hizo finalmente.

Me sacó el huesico grande. Bueno, a mí no me la dan, y sé que es un huesico de mentira, pero da mucho gustirrinín pegarle mordisquillos e ir sacándole el jugo, poco a poco. Porque esa es otra, no hay quien se lo meriende en dos bocados. Hay que morder, y roer una y otra vez, para ir reblandeciéndolo, ñam, ñam, ñam, ñam, y así todo el rato. Vamos, que resulta la mar de entretenido.

Lo que pasa es que a veces no es fácil agarrarlo bien con las dos paticas, pero con un poquito de práctica hasta he sido capaz de combinar dos de mis cosas favoritas: comerme el huesín y tumbarme panza arriba. Para eso tengo que conseguir mantener el huesín en lo alto agarrándolo sólo con mis dos paticas mientras estoy tumbado panza arriba.

Hay que emplear toda la habilidad y coordinación canina, pues al menor descuido el huesico podría caer al suelo si no lo sujetamos bien con las paticas delanteras.



El huesico panza arriba



Cuando esta postura cansa, se puede uno poner en otra más clásica y fácil de mantener, que es boca abajo y apoyando el huesico en el suelo, pues así resulta más fácil sujetarlo, pues además de las paticas puedo usar el suelo como apoyo.

A ver si se van a creer que el día a día perruno está exento de complejas técnicas y habilidades.

El huesico grande

23.6.05

Técnicas de secado canino

Como les dije, estuve en la playa, y cada vez me desenvuelvo con más soltura en el líquido elemento. Aún me cuesta dominar las olas y conseguir que se paren cuando yo se lo mando, cuando hago así, poniendo la patica delante de ellas para que se paren. Pero bueno, poco a poco.

Lo que he inventado ha sido una revolucionaria técnica de secado canino para después del baño: me restriego fuerte la cabeza con las algas de la orilla y me revuelco el lomo con fruición en la arena. Al principio me pongo perdido de arena. Hasta los ojos, vamos. Pero luego me agito con fuerza y rapidez, como sólo los perrines sabemos hacer, y sale disparada toda la arena y los restos de alga. Como una patena de limpio me quedo.

Dice el canalla que es una guarrada, sobre todo si lo hago justo a su lado cuando está tumbado panza arriba. Sí, que diga lo que quiera, que yo me seco en un momento y él tiene que estar dando vueltas por ahí como un tonto para conseguirlo.


Mi técnica de secado canino
Mi técnica de secado canino basada en el revolcón

22.6.05

Provocando

El pasado fin de semana volvimos a ir a la playa. Nos los pasamos muy bien, y conocí a un colega cachorrín, Lute se llamaba el nuevo muy más mejor amiguito. Yo hasta me dí un par de baños y, claro, como no hago pata, tuve que nadar un rato, que ya le voy cogiendo el gustillo a lo de la natación.

Como estábamos en plan chulo nos hicimos una foto delante del cartel que dice que se nos discrimina a los perrines y no se nos deja entrar en la playa. Menos mal que el canalla se contuvo y no sacó la bicicleta del coche, que también está prohibida, que ése, con tal de hacer una foto ocurrente era capaz de hacerme subir a la bici y pedalear y todo. Y no es que no sepa montar en bici, no, es que no me apetece ponerme a pedalear. Que pedalee él, que para eso es el canalla.

Yo aproveché un momento de confusión para echarle un chorrico al cartel que, por una vez, no decía nada sobre cómo y dónde debemos hacer nuestras necesidades. Que se achinche el dueño del cartel.

Pues eso, que ahí tienen la foto. Provocando, a ver si pasaba un señor de esos de la gorra y le pedía un autógrafo al canalla.



Provocando
Ahí me tienen, más chulo que un ocho delante del cartel

21.6.05

Peludo pelado

Pues sí, a traición. Lo hicieron, me engañaron, y me pelaron.

Me llevaron engañado. Me hablaron de fantásticos paseos, de jugar con el Leo, de suculentos pollinos y, de repente, con todo aquello dando vueltas en mi cabeza, me doy cuenta de que estábamos en la casa de la humana mala de verde.

Pero ya era demasiado tarde para salir corriendo, aunque doy fe de que lo intenté. En vano.

Me pusieron al animalejo ése ruidoso y comedor de pelo a quitarme mi querida melena. Y no paró hasta que se lo comió todo, el muy ganancioso.

A ver ahora cómo digo yo por ahí que me llamo Peludo. Ahora, para cachondearse de mí, el canalla me llama Pelado. Mira que como me enfade de verdad le meto un bocado donde más duele y se va a enterar.

Miren, miren cómo me han dejado. Dicen que ahora pasaré menos calor. Puede ser, pero ¿y el mal rato que he pasado? ¿Y la vergüenza de salir en pelotas a la calle?.

Canallas. Es lo que son, unos canallas.


En pelota viva me dejaron
Me han dejado en pelota picada

A mis espaldas

Hoy he pillado al canalla conspirando a mis espaldas.

Como hablaba bajo con el chisme ese raro en la oreja y a mí me ha pillado algo lejos, pues estaba vigilando el barrio desde mi terracica, sólo escuché una parte de la conversación, pero oí bien claramente lo de "cortar el pelo". No sé, me temo que eso va a significar visita a la casa de la mujer mala de verde.

Al poco de esa conversación me ha mirado con ojos extraños... y se ha ido de casa, dejándome aquí tecleando como un tonto. A ver si lo que trama va a ser traerse él aquí a la humana mala de verde. De eso y de cosas peores es capaz el muy canalla.

Bueno, saldré a la terracilla un rato a seguir vigilando el vecindario y consolar así mi pena de soledad.



Acaba de llegar el canalla. Creo que todo ha sido un malentendido, pues se ve que ha ido él solo a la casa de la humana mala de verde, ésa donde le hacen cosas malas a perrines y gaticos, pues ha venido casi sin pelo en su cabezota. Falsa alarma. Uff, que susto.

Lo que me ha dejado desconcertado es que ahora le ha dado por aficionarse a los refranes y, mientras se tocaba con la mano la cabeza, ahora casi pelona, me ha dicho: "ya sabes, 'cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar', prepárate, que te he pedido hora para mañana". No sé que ha querido decir con lo de remojar las barbas, si a mí ya me bañaron ayer, y eso que les dije bien claro "no, gracias, así voy bien, el año que viene si eso".

En fin, otra rareza más de estos humanos.

20.6.05

Carteles canófobos

Señor perro/a, evite que su dueño/a haga sus necesidades en esta esquina. Gracias y un saludoEstá de moda en mi barrio poner carteles que restringen las libertades caninas. Ya les hablé de un par de ellos, ambos muy cerca de casa:
Pues ahora, otro humano del barrio se suma a la iniciativa canófoba. Éste, al menos, ha sido educado y ha tenido la consideración de dirigirse a quien debe hacerlo, y nos habla directamente a los perrines, para pedirnos que controlemos los pipís de nuestros humanos.

Reconozco que alguna vez, llevado por las prisas y la urgencia de la incontinencia, he dejado algún pequeño chorrico en esa esquina, pero en todo caso muy poquito y siempre sin querer queriendo.

No deben de ser muy sólidas las edificaciones de la zona, si tanto les preocupa a los humanos que se puedan reblandecer los tabiques por unos chorrines caninos de nada.

18.6.05

Apadrinamientos

Asociación de Amigos de los AnimalesEl otro día oí que mis humanos pensaban apadrinar un perrín y me puse muy nervioso. Yo soy muy solidario y ayudo a todos los perrines que puedo, pero mis humanos son sólo míos y mi casa mía y de mis humanos, y de nadie más. No estoy dispuesto a que entre ningún otro perrín en casa.

Afortunadamente, el susto me duró poco, pues enseguida descubrí que se puede apadrinar a un colega sin llevárselo a casa. Imagino que los humanos que no tienen perrín lo mejor que pueden hacer es dejarse adoptar por uno y llevárselo a casa. El apadrinamiento es mejor para los humanos que querrían ayudar a un perrín necesitado pero que no pueden cuidarlo o ya tienen un perrín en casa y no hay sitio para más.

Mis humanos, que no querían adoptarme al principio, dirán lo que ellos quieran, pero yo sé que están muy contentos conmigo, aunque a veces me regañen un poco y no me dejen hacer todo lo que quiero, sobre todo paseos kilométricos.

El caso es que al final han apadrinado un perrín, pero lo han hecho a distancia, con lo que mi dosis de comida y mimos no corre peligro. Ha sido a través de la Asociación de Amigos de los Animales, y sin moverse de casa ni nada. Allí mismo puedes ver la lista de perrines adoptados, apadrinados y en busca de una familia humana.

Si tú, colega canino, ya te has dejado adoptar por un humano ésta puede ser una buena forma de seguir ayudando a otros colegas en apuros. Ládraselo suave al oído a tus humanos. Intenta convencerles.

16.6.05

Mis muy más mejores amiguitos: Bobby

Bobby es un reciente muy más mejor amiguito mío. Es un perrín albañil. Bueno, en realidad es un perro guardián del sector de la construcción. Lo conocí paseando por ahí abajo, donde están haciendo unas casas nuevas para humanos.

Él siempre está por allí. Creo que su misión es evitar que nadie (humano o canino) entre a la obra sin permiso, por eso se sabe perfectamente quién puede entrar o no.

Bobby no es ningún chaval, tiene los dientes algo torcidos y el pelo algo estropajado. Vamos, no es precisamente el tipo de chucho que vuelve locos a los humanos.

Al principio, cuando pasábamos por el jardín que hay en la puerta de la obra, nos miraba receloso y nos enseñaba un poco los dientes. Pero en seguida nos hicimos muy más mejores amiguitos e incluso nos suele acompañar un rato durante nuestro paseo, hasta que nos alejamos mucho de la obra y él se vuelve para seguir con su duro trabajo.

En realidad, yo creo que Bobby es un perrín abandonado, pero que se gana el sustento, y algo de cariño, custodiando columnas y tabiques. De paso, los humanos que allí trabajan le dan algo de comida, y también un chispín de cariño y compañía, claro.

Los fines de semana libra, y a veces se aleja de la zona y viene hasta nuestra calle de visita, o se le puede ver por los jardines de arriba, por donde el Gabi y su jauría.

Es un poco orgulloso, y no quiere reconocer que lo que realmente anda buscando es una familia humana que le adopte.

Hasta ha hecho amagos de intentar camelarse a mi humano, haciéndole muchas gracias y cabriolas, y tratando de asustarme gruñéndome cosas feas al oído. Pero yo no soy tonto, y mi humano es mío y sólo mío.

Muy más mejores amiguitos sí, pero sin pasarnos de listos, oye.


Mi amigo Bobby. Es albañil
Bobby nos acompaña un rato durante el paseo



Mi amigo Bobby. Es algo feo
Muy guapo no es, pero es mi amiguito

13.6.05

Peludo volador

Ayer volé.

Sí, sí. Así, como lo oyen. Fue muy poco tiempo, y no llegué muy lejos. Pero volar, volé.

Estuvimos en la playa, sitio que cada vez me gusta más, aunque eso de meterme en el charco gigante ése aún me da bastante mal rollo.

Como voy muy de tarde en tarde y hay mucho que ver y olisquear por allí, cada vez que voy me pongo muy activo queriendo supervisarlo todo. Pero esta vez apenas me dejaron la oportunidad de corretear libremente. Dijo el canalla que no quería que volviéramos a tener problemas con los desnudistas, como pasó la última vez, así que me ató vilmente.

Lo que pasa es que el canalla, además de canalla ya les he dicho varias veces que es algo tontico. No se le ocurrió otra cosa que atarme con mi correa al palo del chisme ése bajo el que se tumba para que no le moleste el sol, sombrilla o así creo que le llaman.

Claro, yo al principio, cuando ví que la correa no daba más de sí, me limité a dar vueltecillas en el poco espacio libre que tenía de margen. Pero aquello es un rollo, y me aburrí enseguida, así que eché una siesta para descansar del paseo que había dado antes con el canalla (volvimos a donde los desnudistas, pero esta vez me llevó atado, no sé si es que no se fía de mí o qué).

El caso es que andaba yo algo adormilado cuando, frente a mí, pasó un coleguilla con ganas de juerga.

Sin pensarlo dos veces, y olvidando que aún estaba atado, salí corriendo hacia él todo lo rápido que pude. Tan rápido y tan fuerte corrí que, cuando se acabó la correa dí tal tirón al chisme ése que lo arranqué de cuajo.

Para mi desgracia el día se había vuelto ventoso, y soplaba un viento que pa qué. Así que, libre de sus atadurras terrenales, el chisme ése salió disparado por los aires, llevándome a mí con él.

No vean vds. el susto que me llevé cuando, llegando ya a donde estaba aquel perrín noto un primer tirón que me frena en seco, y justo después otro tirón, pero esta vez hacia arriba.

Cuando me fui a dar cuenta el suelo se alejaba bajo mis paticas sin control ninguno. Fue una sensación mitad excitante y mitad acojonante, para qué se lo voy a negar. Porque pasar miedo pasé.

Afortunadamente fueron sólo unos instantes, pues el canalla, cuando consiguió despertarse él también y darse cuenta de lo que pasaba, se lanzó sobre la sombrilla esa y consiguió que aterrizáramos la sombrilla y yo sin daños fisicos. Y fíjense si será canalla, que lo que más le preocupó no fue verme volar sin alas ni nada. No. Qué va, él fue a rescatar la sombrilla, que no a mí.

Mientras me di ese pequeño vuelo atiné a escuchar por debajo de mí a un niño que le decía a su mamá:

- "¡Mira mamá, un perro volando!"
- "¡¡Niño!! ¡¡deja de decir tonterías que te meto otra vez!!"

Y algo más lejos:

- "¡Ehh, tío, mira, un perro haciendo parapente!"

Obviamente, aquel incidente puso fin a la jornada playera.

Ya que empezaba yo a cogerle el gusto a eso de volar...


A punto de salir volando
Ahí me tienen poco antes de hacer el vuelo sin motor

11.6.05

Confirmado. Soy un lobo

Soy igualito que los lobosTenía algunas dudas, por aquello de las ganas de aullar que me dan a veces, pero desde ayer tengo claro que soy un lobo. Sí, sí, un lobo puro y duro.

Pude ver en la caja esa que hace ruidos y donde se ven cosas raras a unos coleguillas. Al principio pensé que eran otros perrines como yo, pero luego, un humano que hablaba con una voz cautivadora (Félix Rodríguez de la Fuente le llamaban), explicó que no, que era el canus lupus, más conocido como lobo ibérico.

Presté entonces un poco de atención, atraído por el aullido de mis colegas, y pude ver que hacemos algunas cosas por igual, aunque el motivo puede ser ligeramente diferente.

Así, entendí que la postura que yo utilizo para hacer chantaje emocional canino es la que ellos usan para mostrar sumisión al macho dominante de la manada.

Los lobos y yo, a la primera ocasión, nos impregnamos a veces de loción corporal. Además, nos retorcemos y restregamos el lomo y cuello de exactamente la misma forma. Lo que pasa es que yo lo hago para seducir a las perrinas del barrio con la poderosa olor de la loción encontrada, pero ellos lo hacen para camuflar su verdadera olor y así poder cazar sin que les huelan (a ellos, no a la poderosa loción).

Cuando están tranquilos les gusta jugar a las peleas, igual que a mí con Leo, y se dan besitos entre ellos. Son cazadores natos, como yo, que aunque lo más que he llegado a cazar son cucarachas, lo he intentado con un pollo y hasta con liebres.

Una diferencia es que a ellos, cuando llega el verano, se les cae buena parte del pelo él solito, y a mí no. Aunque no me da buen rollo, porque le oí decir al canalla que no me preocupara, que a mí también me quedaba poco tiempo. No entendí bien lo que quiso decir, pero me temo lo peor.

Vamos, que aunque por fuera no lo parezco del todo, soy un lobo nato. Auuuuuuuuuu

7.6.05

In fraganti

Hoy me pillaron in fraganti.

Se supone que el canalla ya debería haberse ido a esa hora. De hecho, cada día suele estar ya fuera en ese momento.

Esta vez, en cambio, el tío desgraciado debió de olvidar algo, porque subió a la habitación, donde me pilló in fraganti, hecho un rosquito a los pies de mi linda humana.

Tan dormido estaba que ni pude reaccionar para contarle una excusa convincente y bajarme de allí y esconderme debajo de la cama, que es lo pertinente en estos casos.

Al final, claro, me llevé la (pequeña) regañina de rigor.

Jo, pero es que se está tan agustito...



Me pillaron in fraganti a los pies de la cama
Dormido vivo me pillaron, sin excusa preparada ni nada

5.6.05

Simpatía a raudales

Ahora está de moda hacer carteles canófobos. Primero fue el cartel aquél que nos sugería que usáramos el aseo de los humanos. Ahora me encuentro, un par de calles más arriba, otro en la misma línea:


Miren que provocación
Miren qué provocación más grande

Es más, yo juraría que el autor del cartel es el mismo, porque la caligrafía es igualica igualica. Se nota a la legua que los dos humanos tienen la misma letra. Vamos, no hace falta preguntar a un experto para ver que tienen el mismo pulso y trazo. Bueno, y también por la sutil (o no tanto) mala leche: ambos están escritos con la misma simpatía y amabilidad.

Pero lo más curioso es que le humano este va provocando. Porque además del cartelito dichoso, tiene puestas por toda la acera unas gigantes tinajas, de esas que nos encantan a los perrines para echar la gotica en todas y cada una de ellas. Además, esto se lo oí al canalla, el tío puñetero las tiene puestas en la vía pública, que es de todos los humanos (y perrines, añado yo).

A él le molesta que algunos perrines echen ahí su chorrico o se alivien de necesidades mayores (y de verdad verdadera que yo no lo he hecho nunca ahí), pero a los demás no debería molestarles que ese humano inunde las aceras públicas con tinajones gigantes.

Es que van provocando. Yo porque soy muy educadito (sí, sí, no se rían, que lo soy), que si no un día de estos le dejaba un regalito en la puerta a propósito. ¿Tanto trabajo le costaba poner un "por favor"?.

Están locos estos humanos...

3.6.05

En el suelo fresquito

Por aquí ya hace un calor tremendo. Tanto que resulta muy agradable aprovechar que el suelo está fresquito para aliviarse de los calores.

Un rato se tumba uno boca abajo, con las paticas bien abiertas para que el frescor del suelo llegue a la mayor parte del cuerpo posible, incluidas nuestras partes más íntimas.

Después de un rato así, uno va y se da la vuelta del todo, quedando con la panzota arriba. Para entonces ya suele estar uno bastante adormilado y no resulta complicado dejar que cada parte del cuerpo se vaya para donde considere más oportuno.

Vamos, se pone uno lo que se dice despatarrado vivo.

Pero no, no se equivoquen, no es desvergüenza ni pereza, es sólo para refrescarse de tanto calor que hace.


Panza arriba tomando el fresco
Panza arriba refrescándome en el suelo

1.6.05

El microchip

No me gusta que me pinche la humana mala de verde, ni que me metan cosas raras en el cuerpo, sobre todo por cierta parte.

No obstante, he de reconocer que, por una vez, puede que no esté mal la idea.

No les había contado aún que, el otro día, el mismo en el que me hicieron todas aquellas cosas malas que les he ido contando anteriormente, también me pusieron el microchip ése.

Pasé mucho miedo, sobre todo cuando ví el grosor del chisme que pensaba clavarme la humana mala de verde. Luego sentí una extraña sensación de algo que se me colaba dentro. Pero al poco rato ya ni me acordaba de ello.

A través de Verdi me llega la historia de un colega que se llevó un susto de muerte, pero que gracias al microchip pudo dormir esa noche tranquilito en su casa con sus humanos.

Dile a tu humano que si te tiene que llevar al sitio ese malo donde te clavan agujas, que por lo menos te pongan el microchip, así podrán encontrarte si te escapas y te pierdes o si te secuestran o algo.

Por una vez, vale la pena el pinchazo.


Mientras me ponían el microchip
La humana mala de verde poniéndome el microchip