28.2.05

El apretón

Ayer no paró de llover en todo el día.

A mí no me gusta demasiado la lluvia, pero es que a mi humano le gusta aún menos. Así, con tal de no mojarse él, el muy canalla me tuvo todo el día sin salir a la calle a hacer mis necesidades.

Uno tiene mucho mejor aguante que los humanos en lo que a necesidades fisiológicas se refiere. Pero claro, todo tiene un límite.

Por más que le dije que quería salir a hacer mis necesidades, aún estando lloviendo, mi humano ni caso. En un par de veces llegó a abrir la puerta de la calle, con lo que me puse muy contento. Sin embargo, en ambas ocasiones, tras negar con la cabeza, volvió a cerrar la puerta. Parecen tontos estos humanos: abren la puerta, miran, y cierran, sin ni siquiera salir fuera.

El caso es que cuando ya no pude aguantar más busqué un sitio donde hacer mis necesidades líquidas, a ser posible donde éstas pudieran ser absorbidas por algo y, así, no se esparcieran por ahí, no fuera yo a mancharme mis paticas. Faltaría más.

Encontré el sitio adecuado, abrí un poco las paticas traseras y dejé que el discurrir de la naturaleza fluyera con alivio.

Un buen rato después, cuando los humanos descubrieron aquellos restos se pusieron a dar gritos y muy muy enfadados. Yo me asusté un poco e instintivamente, sabiendo ya cómo funciona esto, no dejé de mirar la edición dominical de El País, que estaba en el sofá.

Sin embargo, no pasó nada. El periódico siguió en su sitio y a mí nadie me castigó. Sólo les oí hablar algo sobre educación, los castigos y la memoria a corto plazo.

Decididamente, a estos humanos no hay quien los entienda.


Los restos del apretón
Ahí tienen el resultado de tenerme encerrado todo el día sin salir a hacer mis necesidades

25.2.05

Mi nuevo primo

Hoy me he llevado una gran sorpresa en casa de la abuela.

Como cada día, al llegar me he dado una vuelta por la casa para comprobar que está todo correctamente. Sin embargo, he encontrado que había aparecido allí, así, sin previo aviso, un nuevo primo.

Es muy pequeñín y, como podrán comprobar en la foto, con un pedigrí peculiar, pues reúne en su carga genética lo más selecto que se puede uno encontrar por ahí en cuanto a pedigrí chuchesco.

Hemos jugado un poco, pero creo que le asusto un poco, aunque me miraba como muy intrigado.

Esto promete, seguro que le gusta jugar a las peleas y las carreras.

Además, aprovechando que hoy parecía ser día de apariciones caninas, he recorrido toda la casa a ver si habían aparecido también Sultán y Nerón. Pero no, ellos no estaban, y mira que los he buscado bien.

Los humanos éstos están dudando sobre qué nombre ponerle. Fijénse que yo pensaba que los perrines venían ya con su nombre y todo. Pero no, hoy he aprendido que se les puede poner nombre.

Alguien ha propuesto llamarle Fofó. No sé qué les parecerá a vds. Se aceptan sugerencias.


Este es mi nuevo primo
Mi nuevo primo me miraba muy intrigado

24.2.05

El gato del 8

Hoy le pillé in fraganti.

Llevaba días tras su rastro: una olorcilla por aquí, una huella por allá, restos de mi comida que desaparecían... pero hoy pude verle cara a cara.

Como imaginaba, era un gato. El del número 8 precisamente.

El tío morrístico se ha creído que porque sabe escalar tiene derecho a ir por ahí robándole la comida a indefensos canes como yo. Pues se equivoca.

Yo soy muy pacífico, y no soy racista. No tengo nada contra los gatos. Pero claro, si me invaden la morada y me roban la comida ya me empiezo a poner de mal humor.

Y luego además, pasa que cuando se acercan y los huelo, y los veo así, tan creiditos, tan sobrados, tan chulitos, tan soberbios y prepotentes... Mira, me pongo, me pongo grrrrrr, porque soy pacífico, que si no le metía un bocado en todo el lomo que se iba a enterar el imbécil éste de quién soy yo.

Mira, que lo hago trizas aquí mismo y...

¿Ven? Si es que van provocando por ahí y, claro, al final pierdo los estribos.

Ahí tienen al gato del nº 8
Ahí lo tienen. Tan chulito. Provoncando

21.2.05

Álbum fotográfico. Posturas inverosímiles

Previsualización Hoy, aprovechando que ya tenemos una buena colección fotográfica, estrenamos el álbum fotográfico. Algunas fotos ya las conocerán, otras son inéditas.

Esta primera entrega lleva por título genérico "Posturas Inverosímiles".

19.2.05

Loción corporal II

Anoche, durante mi paseo vespertino, volví a encontrar unos suculentos restos de loción corporal, y claro, me impregné a conciencia: la cabeza, el cuello, el lomo, las paticas, la panza.... Vamos, me dí un revolcón de auténtico campeonato, no quedó una porción de mi cuerpo sin impregnar bien impregnadita. Iba a ser el no va más cuando me olieran las perrinas del barrio.

Ayer pensé que por fin mis humanos iban a reconocer las excelencias de dicha loción y no me iban a intentar quitar dicho perfume. De hecho, durante un par de horas me dejaron disfrutar de dicho aroma. Cuando ya pensaba que podría disfrutar libremente de ello me llevaron otra vez al baño.

Esta vez, además de darme un baño muy largo, me amenazaron con el animalito ese raro que hay en casa, uno pequeñajo, muy trompudo, y que tiene un ladrido desagradabilísimo que se le mete a uno en las entrañas y que se dedica a escupir viento caliente, el muy pesado.

Por si fuera poco, al terminar de amenazarme con dicho molesto animalejo, me impregnaron con una loción que no me gusta nada, y que poco tiene que ver con la que yo había elegido. "Es Chanel nº 4, no es el Nº 5, es más barato pero es Chanel", dijo el canalla de mi humano. Vamos, me pusieron como un perro mariquita y, además, barato.

Y ahí me tienen ahora, con los pelos revueltos, que más parezco un osito que un perrito.


De nuevo me quitaron mi loción
Me quitaron mi loción corporal y encima ahora parezco un osito

15.2.05

Salir por patas

De menuda me he librado.

No sé aún muy bien qué era esa monstruosidad, porque en la oscuridad de entre los árboles no atiné a distinguir bien lo que me atacó.

Bueno, en realidad, tampoco llegó a atacarme, pero porque no le dejé a lo que quiera que fuera lo que me alertó.

Lo que sí tengo claro es que quería hacerme daño, que era de gran tamaño y que se movía sigilosamente, pues no lo noté hasta que lo tenía casi encima. Su sombra, deslizada por entre los claros de los árboles, se mostraba siniestra y maligna.

Menos mal que salí por patas de allí. Corrí todo lo que pude, como alma que lleva el diablo. Tardé aún un rato en recobrar la calma y la respiración.

Cuando me recuperé del susto por dicho ataque, ya más calmado, acerté a oir que alguien le decía a mi humano algo así como "Oye, que ya he cogido la bolsa de naranjas".

Estos humanos tan tranquilos y confiados, sin saber de la que nos habíamos librado...


¡Socorro!. Me persiguen
Poner paticas en polvorosa
es, a veces, salida airosa.

12.2.05

El Gabi

Hoy me he topado cara a cara con el peligroso Gabi en carne y hueso.

Gabi es el jefe de la jauría de perros ésa que me atacó y que vive por los jardines de arriba. Es enorme, dañino, un auténtico asesino nato con el que es peligoso cruzarse.

Hoy me ha visto a lo lejos y ha venido corriendo hacia mí con aviesas intenciones. He tenido que hacer gala de toda mi diplomacia y talante para que la cosa no pasara a mayores.

Gabi, además de un peligroso gigantón, es algo chulito. Viste con una extravagante cazadora, propia de un perro macarra-chulito-de-barrio. Pero, claro, a ver quién es el guapo que le hace un comentario al respecto con la mala leche que se gasta y lo peligroso que es.


El peligroso Gabi
Ahí me tienen ejerciendo funciones diplomáticas con el peligroso Gabi

10.2.05

Podofilia

Estoy enfermo. Dicen mis humanos que tengo podofilia.

No sé qué es eso, pero con ese nombre tiene que ser una enfermedad muy grave y muy mala. Lo raro es que a mí no me duele nada. Hay que ver: Po-do-fi-lia. Jo, de lo que es capaz un simple perrín doméstico. Soy un podófilo, y yo sin enterarme. Po-dó-fi-lo. Si es que suena muy mal, tiene que ser algo muy muy malo.

Además, dicen que los síntomas no vienen de ahora, que esto ya viene siendo algo habitual.

Lo peor es que dicen que no tengo cura, que esto tiene mal remedio.

En fin, ya les avisaré si me entero de algo más de qué es éso de la podofilia o si veo cómo avanza la cosa.

Soy un podófilo
Qué mal rollo. Estoy podófilo perdido y ni sé lo que es eso

9.2.05

No me moverán

Que no. Que no salgo. De aquí no me muevo.

Hay que ver lo fácil que se acostumbra uno a lo bueno. Y es que a mí no me gusta que me cambien el quehacer diario, especialmente si el cambio es para peor.

Los últimos días, gracias a la ola de frío y a alguna que otra tormenta de lluvia, había dormido dentro de la casa, con mis humanos, que es lo que a mí más me gusta. Pero ahora, dicen los muy canallas que ya que no hace tanto frío ni llueve debo volver a mi casica de la terracilla.

No sé ya cómo explicarles que a mi lo que me gusta es estar en la casa grande. No, no es porque tenga miedo de estar sólo o porque me gusten mucho los mimos. No. Lo que pasa es que quiero estar seguro de que a ellos no les pasa nada malo, y saber así que están protegidos por mí en todo momento y, de paso, que no corre peligro mi sustento diarío, claro.

El caso es que, después de explicarles de todos los modos posibles que no quiero pasar la noche ahí fuera, tuve que tomar una decisión drástica: me hice fuerte bajo la cama. A ver si tenían narices a sacarme de allí. Yo no tenía prisa ninguna.

Al final, tras casi una hora de encierro, con los bajos de la cama como trinchera, me tendieron una emboscada, por sorpresa y por dos frentes a la vez, y me desalojaron más mal que bien.

En fin, el caso es que al final he tenido que pasar de nuevo la noche casi a la intemperie. Eso sí, como venganza me he puesto a ladrar lo más fuerte que he podido ya bien de madrugada.

Que se achinchen.

De aquí no me muevo
Que no, que no duermo en la calle. De aquí no pienso salir.

8.2.05

Perrines a remojo

Miren lo que dice este humano:

«Para el perro, el baño es casi pura talasoterapia. Un bálsamo que le tranquiliza, le relaja.»
BEGOÑA DEL TESO/ Diario Vasco

Trabaja en una clínica veterinaria de alto standing, Ercilla. Cría Schnauzer miniatura, variación genética de un bello animal que ya aparecía en los grabados del siglo XV, exactamente, en la obra de Durero El perro en la fuente, de 1492. Juan, además, ha bañado a más de 8.000 perros.

- ¿Hablamos de peluquería de exposición o de peluquería funcional? ¿De perros que se preparan para hechizar a los jueces o de perros a los que sólo se les baña y se les corta el pelo?

- De las dos. La peluquería de exposición tiene que tener muy en cuenta el standard del perro. La funcional es, para el animal, casi pura talasoterapia, un bálsamos que le relaja y tranquiliza. Un bálsamo que también soluciona muchos problemas. Yo he solido encontrar, mientras les bañaba, garrapatas que estaban muy escondidas entre el pelo del cuello, fuera del alcance del collar anti garrapatas...

- Explíquenos eso del 'standard del perro' que ha citado usted...

- Es el modelo supremo del perro dentro de su raza. El peluquero canino de exposición ha de luchar por conseguir aproximarse a ese standard, a ese ideal, cuyos puntos de valoración son: las proporciones del perro, tanto de cuerpo como de cabeza, la adecuación de los colores al ideal de la raza...

- Espere. Especifique lo del color

- Te pongo como ejemplo, la raza de mis perros, los Schnauzer. Su pelo puede ser blanco, negro, negro y plata, y sal y pimienta. ¿De acuerdo? Entonces, lógicamente, si el blanco amarillea o el negro adquiere tonalidades cobrizas, malo. También resulta vital respetar la textura del pelo.

- ¿Pelo duro, pelo suave?

- Más o menos. Según el mencionado standard, un perro que por raza o variedad sea de pelo duro y liso no puede tenerlo acaracolado y suave. Para que nos entendamos, un fox terrier de pelo duro no puede parecer un caniche.

- ¿Alguna especificación más dentro de las condiciones del standard?

- El movimiento del animal, que será más o menos perfecto dependiendo de la angulación escápulo humeral. Si el centro de gravedad del cuerpo del perro no está compensado, sacará los codos fuera y meterá los corvejones. Un pastor alemán perfecto abarca grandes distancias cuando anda. El fox terrier, de estructura más compacta, camina como de puntillas.

- Me imagino que alcanzar ese standard será tan difícil que habrá dueños, criadores, que utilicen trucos y tretas variadas para lograrlo.

- Los hay. Pero los jueces no son tontos. A veces, un perro que antes de la exhibición tenía el pelo mate, en la exposición lo tiene brillante brillante. Quizás le hayan aplicado tiza... La cerveza proporciona una densidad falsa al pelo pero claro, el juez pasa la mano y descubre el pringue...

- ¿Cómo reacciona un perro no de pasarela al baño? ¿Es coqueto?

- Los pequeños son más inquietos, los llamados potencialmente peligrosos no ocasionan ningún problema. Algunos prefieren estar con el peluquero que con el dueño. ¿Coquetos? Mucho. Los Scottish de la zapatería Tello hasta se miran al espejo...

En pleno baño
Ahí me tienen en pleno baño

Pues no sé qué quieren que les diga. No está mal del todo eso del baño, pero siempre y cuando se haga con buen champú y con agua calentita, no de mala manera y con agua fría como las dos últimas veces.

Mis humanos dicen que me bañaron con agua fría porque se acabó la caliente, en un caso, y porque soy un poco cerdín y me volví a impregnar de loción corporal, la otra. Dicen que tuvieron que bañarme de urgencia, sin agua caliente ni miramientos, y yo voy y me lo creo... Con lo canallas que son...

La verdad es que, si he de ser sincero, resulta relajante y hasta agradable, pero como que da un pelín de miedo ver tanta agua, no vaya a ser que me quieran hacer algo malo o algo. Desde luego, lo que sí que me da miedo es la bañera esa tan grande donde se van los humanos cuando hace mucho calor.

Agua sí, pero sin pasarse.

6.2.05

Correr y volar

Una de las cosas buenas de visitar la casa de la abuela es que, además de poder degustar comida casera, uno puede pasar un buen rato correteando por la huerta.

Aunque antes, cuando estaban Nerón y Sultán era más divertido, pues jugábamos a la carreras y sólo Nerón me ganaba de vez en cuando.


Correr por la huerta
Es divertido eso de corretear por la huerta

Aún así me lo paso bien correteando por el terreno, inspeccionando cada rincón, olfateando hasta el último recoveco para saber qué y quiénes han pasado por allí recientemente, pues no me gusta que se me escape nada. Por ejemplo, sé que últimamente ha pasado por allí un pollo, pero de los vivos y todo.

Llevaba varios días rastreando su olor, pero el otro día, al fin, pude dar con él. Lo ví ya desde fuera, cuando aún iba en el coche con mi humano. Entré a la casa todo lo rápido que pude, para ir rápido al terrenillo. Mientras llegaba, ya me iba imaginando con la boca llena de plumas y el estómago repleto de pollo fresco y crudo, que es una variedad que aún no conocía.

Dí un par de vueltas en su busca y al fin lo ví a lo lejos. Corrí todo lo rápida y sigilosamente que pude y, cuando ya estaba llegando, me vio y empezó a correr. Sería inútil que lo hiciera, pues corro mucho más rápido.

Ya estaba mi barriguita revuelta de sólo pensar en el banquete que le esperaba, y ya estaba casi encima de él. Sólo unas pocas zancadas más y sería mío el pollino.

Ya llegaba, un último impulso para saltar sobre él y... Y entonces el tío puñetero movió esas paticas raras con plumas que tiene por delante y se encaramó en alto de un árbol.

Mi gozo en un pozo. Tendría que aplazar el banquete de pollo fresco. Corro muy rápido, giro con gran agilidad, salto muy alto... pero volar, lo que se dice volar, pues aún no lo he conseguido.



1.2.05

Calor humano

Ni mi melena canina natural, ni mi manta, ni nada. Lo mejor para combatir la ola de frío es el calor humano.

Afuera a uno se le congela hasta el pipí antes de caer, y en el césped de los jardines, mojado por la cosa esa que de madrugada hace pipí de agua a chorros y hacia arriba, aparecen cosas como de cristal. Pero es un cristal muy raro. Cuando lo mordisqueas está duro y frío como el corazón de los malnacidos que me abandonaron, pero cuando lo chupeteas un rato ¡¡¡se convierte en agua!!!. Qué cosas más raras...

Pues eso, que mejor se está aquí acurrucado a mi humano, que es el mejor calentador que existe, especialmente si, como el mío, es fofinho tirando a gordelio.


El calor humano es lo mejor
Anda que tengo ganas de salir afuera a congelarme. Pues sí...