29.10.04

Loción corporal

Me han castigado.

Sí, me han regañado mucho, me han metido en la bañera y me han bañado ¡¡con agua fría!!. Lo que no tengo claro es porqué me castigaron, pues yo sólo hago las cosas que mi naturaleza perruna me manda.

Como bien sabrán vds. los cánidos usamos como seña de identidad nuestra olor personal; a mayor olor personal, más identidad. Por eso cuando conocemos a un nuevo muy mejor amiguito le olisqueamos en esa parte del cuerpo que más huele. Sí, justo ahí, debajo del rabito.

Y claro, cuando uno sale por ahí a conquistar lindas perrinas, es muy importante dejar un buen rastro a nuestra propia olor, para dejar patente nuestra presencia y atraer irresistiblemente a las perrinas.

Así, ayer, que iba yo dispuesto a dejar un recuerdo mío a todas las perrinas del barrio, decidí mejorar aún más esos efluvios caninos.

Para ello el truco es bien sencillo. Sólo hay que localizar un buen montón de restos de ésos que salen por debajo del rabito, preferiblemente de uno mismo, calcular el ángulo adecuado y lanzarse de cabeza, haciendo medio giro en el aire, para caer justo justo con el lomo sobre los restos esos, de forma parecida a cuando se tumba uno panza arriba y, a continuación, restregarse bien a un lado y a otro, compulsivamente, hasta que quede el lomo bien impregnado de la loción corporal.

Y eso hice. Además tuve suerte, porque los restos que encontré eran míos, recientes y muy olorosos. Volví muy contento junto a mis humanos para mostrales la ingeniosa ocurrencia.

Sin embargo, ellos, lejos de alabarme, se pusieron a gritarme como posesos, muy enfadados. Me agarraron y me metieron de cabeza en la bañera, donde me mojaron vivo y restregaron hasta quitarme todo rastro de mi loción personal.

Cada vez entiendo menos a estos humanos...

En la bañera me quitaron mi loción corporal
Con el trabajo que me había costado encontrar una loción corporal de mí mismo...

26.10.04

La bolsa de la basura

Cuando la veo salir de su verde cajón
Mi rabito se mueve alegre, contento
Me altero, me turbo, me lleno de emoción
Y un placer me remueve todo por dentro

Mis humanos en ella guardan con usura
Todo lo que les sobra cada día del plato.
Preciados tesosos en la bolsa de la basura
Que olisqueo con esmero de rato en rato

Aullo, doy saltitos y preparo mis paticas
Esperando deben estar las lindas perricas
Loquitas sólo de ver cómo me meneo
Es la hora. Ya llegó mi preciado paseo

20.10.04

Espíritu libre

Mis humanos no hacen más que ir diciendo por ahí que si me quieren mucho y me tratan muy bien y no sé qué maravillas más. Mentira cochina.

Si me quisieran no me maltratarían. Primero con la comida, que ya he ladrado a veces de ello, pero que no era el tema hoy, pero sobre todo quitándome la libertad.

Sí, soy un espíritu libre. Nací para corretear sobre la hierba, sintiendo mis paticas posarse suavemente sobre la tierra y correr junto a las perrinas de este barrio (y de otros) a las que llevo loquitas. Sin embargo, aquí paso los días encerrado tras estos barrotes, sin que apenas me saquen a pasear más que un par de ratos, con prisas y, encima, me llevan atado como un perro..., bueno, ustedes me entienden...

Por eso no tengo más remedio, a veces, que tomarme la libertad por mi mano, o sea, por mi pata, y escaparme al menor descuido de mis humanos, cosa que tampoco es difícil, pues muy listos no son, que digamos.

Cuando me escapo me siento libre al fin, correteo por los jardines a los que no me quiere llevar mi humano, porque dice que están muy lejos. Será gandul, por dos manzanas de nada...

Aprovecho también para olisquear detenidamente todos los hormigueros, sin que me peguen tirones y me metan prisa, me revuelco panza arriba sobre restos que han dejado en el suelo otros perrines, para oler así más a "perro perro".

De paso, inspecciono posibles nuevos muy más mejores amiguitos que pueda conocer, y practico el excitante experimento de mordisquear restos de comida que quedaron por ahí, en eso que los humanos llaman basura, que es una auténtica mina de tesoros caninos.

Al final, me he preocupado por mis humanos, no sea que les fuera a pasar algo dejándolos allí a ellos sólos, así que he decido volver para que no se pusieran tristes.

Y llego y me encuentro con que, al volver, me dicen "feio" muy airadamente y me regañan. Luego querrán que no me enfade y no se me pongan malas pulgas.

Encima que vuelvo... Serán desagradecidos...

Estoy enfadado
Toi enfadao. Encima que vuelvo a casa van y me regañan. Desagradecidos...


14.10.04

Mis admiradoras

Hace tiempo que llevo loquitas vivas a las perrinas de mi barrio. Todo es salir a la calle que las dejo perdidas por mi guapura y mis dotes de Don Juan Canino.

Desde hace poco, además, he descubierto que tengo admiradoras de uno y otro confín. Me alegro de saber que hay gente que me comprende. Tanto son duendes procedentes de lo sobrenatural, como humanos mordedores, desvariadores, geeks (qué palabro, qué trabajo cuesta ladrarlo), con consultorio o también desde el otro lado del océano, un sitio llamado Brasil, donde se ladra de forma distinta a como hacemos aquí.

Lo que no sabéis es que uno es un perrín poliglotón, y que sabe dar algunos ladridos en ese idioma que llaman portugués, por ejemplo "és uma cadelinha muito bonita", que es lo que digo a las perrinas del barrio, y que causa mucho impacto. También sé que cuando mi ama me dice "meu fofinho" es algo bueno porque siempre viene acompañado de caricias en la tripa y en los mofletes, que es donde más me gustan. Ya cuando me dice "feio" creo que es algo malo, porque me lo dice alterada y a veces acompañado de algún cachete. Esto pasa, por ejemplo, cuando me subo al sofá, aunque no entiendo por qué, con lo agustito que se está ahí...

Guapetón que es uno
Dedicado a mis admiradore(a)s

9.10.04

Me han atacado

Sí, como lo oyen. Ayer me atacaron en plena calle. Toda una jauría de enormes perros salvajes contra mí.

Estaba yo haciendo mi recorrido habitual, y marcando mi territorio cuando veo que, sin previo aviso ni provocación, una auténtica jauría de gigantes perracos salvajes y malévolos se abalanzó sobre mí con intención de comerme vivo.

De la docena larga que conformaba la manada, había uno, el más grande y maligno de todos, que me tenía especial manía. Ése, dado su aspecto y dominación física sobre el resto, debía ser el jefe, y también el que lanzó el ataque, que fue secundado por todos los demás perros.

La cosa se puso fea en aquel momento, pero entonces yo saqué de mí todo mi valor, coraje y capacidad de lucha para pelearme, uno a uno, con todos ellos. Tal paliza les dí que se fueron todos corriendo y gimoteando como gatitos asustados.

Y mi humano ahí mirando sin inmutarse. Hasta diría que le vi dibujar una especie sonrisa al muy canallla.

6.10.04

A pata suelta

Lo conseguí. Yo sabía que tenía que haber alguna manera de colarme en el sitio ese, la cama, donde duermen los humanos, para echarme así yo también una siesta a pata suelta.

Podría intentarlo cuando están en la otra parte de la casa, pero si me quedo dormido profundamente no puedo saber cúando vienen, y lo mismo me pillan y me castigan. Además, qué demonios, se está más agustito si uno se mete por entre el sobaquillo del humano, usando su brazo como almohada. Así, además, puedo saber cuando se despierta y huir a tiempo.

Le estuve dando vueltas, observándoles desde mi escondite, y encontré la forma de hacerlo sin que me pillaran.

Así, cuando mis humanos se tumban ahí encima y pasa cierto rato, se quedan como quietos, y al poco respiran de forma distinta, sobre todo uno de ellos, que emite un ruidito característico (bueno, algo más que un "ruididito").

El truco es esperar en mi escondite, sin que sepan que estoy ahí, procurar que sólo haya uno de ellos, y cuando se queda dormido y emite ese sonido peculiar, subirme sigilosamente a la cama.

Así puedo disfrutar yo también del colchón de látex ése tan chulo. A ver si se van a pensar los egoísticos éstos que sólo ellos tienen derecho a dormir bien.

Que uno será un perrín pero no es tonto.


Qué gusto dormir a pata suelta
Qué gusto dormir a pata suelta...


4.10.04

Tengo que estar en todo

Hay que ver... Qué harían sin mí estos humanos...

Esta mañana, a la hora de mi paseo matutino, mis humanos no me abrían la puerta. Al poco he empezado a preocuparme. Ya se había ido el humano de Luna, la perrita del 36, que siempre se va después de mi humano. Cuando me he preocupado del todo es cuando he visto irse también a la humana de Morgan y al de Yaco, que siempre se van un poco más tarde.

Es lo que tiene dormir a la intemperie, que uno se conoce cómo funciona todo el vecindario. No, no es cotilleo, es control y vigilancia canina, que es algo mucho más profesional.

El caso es que he visto que tenía que hacer algo. Era importante que mi humano saliera pronto, para darme mi paseo, que eso es sagrado, y claro, también para que no llegue tarde a su trabajo, no vaya a perder el empleo y ya no puedan comprarme salchichas de pollo o bocatas de pavo.

Me he tenido que poner manos a la obra y llamar a la puerta. No he ladrado, porque a los señoritingos canallas éstos parece como si les molestara que ladre cuando no es de día. ¿Qué más dará cuando da uno rienda suelta a su expresividad perruna?.

Al final, el muy desagradecido me ha dado un paseo de mala muerte, corriendo todo el rato, casi a rastras, que no me ha dado tiempo a saborear, ni a recrearme olisqueando los hormigueros del jardín. ¿Has probado alguna vez lo que se siente cuando una hormiguita se te mete por el ocico? Es una sensación extraña, como picante y divertida al tiempo.

En fin, que tiene que estar uno en todo si quiere ejercer sus derechos.

3.10.04

El rabo

El rabo del perrín doméstico tiene una gran importancia. El rabito muestra nuestro estado de ánimo e, incluso, una actitud ante la vida. Cada posición o movimiento tiene un significado concreto.

Para quienes no estén muy familiarizados con el rabo perruno les explico las posiciones, su significado y ejemplos en los que utilizamos dicha pose:


  • Erguido y enroscado. Más o menos como un dónut sobre la parte trasera del lomo. Es el estado natural o de alerta simple. Se pone así cuando paseamos tranquilamente por la calle, inspeccionando todo el vecindario y buscando un buen árbol donde hacer nuestras necesidades.
  • Encogido y enroscado entre las piernas. Pánico, miedo o temor. Bueno, dejémoslo mejor en prudencia canina. Es de buena ayuda cuando uno es atacado por detrás por un perraco malévolo, protege nuestras partes íntimas de ataques no deseados. Se pone ahí el solito, por ejemplo, cuando el Rotweiler del otro lado del jardín viene hacia mí con cara de pocos amigos.
  • Apoyado en el suelo, a modo de quinta pata. Cuando el perrín se sienta, un buen apoyo sobre el rabo, hacia un lado, ayuda a mantener la estabilidad. Como cuando uno se sienta tras los barrotes a esperar a los humanos canallas abandonadores que tardan tanto en volver.
  • Agitado a ambos lados, velocidad media. Alegría, emoción. Se mueve cuando estoy contento, como cuando veo otro perrín por el vecindario.
  • Agitado a ambos lados, velocidad alta. Alegría desbordante, casi frenesí. Así se pone cuando estoy muy muy contento, como cuando me van a sacar a pasear, o cuando veo en la calle a alguno de mis más mejores amiguitos (ya os los iré presentando).
  • Agitado de forma circular, a modo de hélice. Cuando casi no quepo en mí mismo de gozo. Como cuando descubro un bocata de pavo escondido, o cuando acabo de hacer un nuevo muy mucho gran amigo.
  • Agitado con frenesí de forma circular, a modo de hélice, a punto de salir volando. Cuando el gozo no le cabe a uno en el cuerpo y se pierde la cabeza de puro contento. Como cuando veo que la perrita esa tan guapa de al lado se acerca hacia a mí mirándome tiernamente, o como cuando vuelven mis humanos adoptivos después de tenerme todo el día abandonado.
El rabito es otra forma de expresión
Cada posición tiene una utilidad y un significado

Lo que no termino de entender es algo que me dijeron el otro día, sobre que no me dedicara a jugar al póker, porque se me daría muy mal. No sé, ando dándole vueltas al tema, pero no caigo...