26.2.06

Cambio de ruta

Hoy he persuadido al canalla para que introdujera un pequeño cambio en el recorrido habitual del paseo.

La razón es muy sencilla. Me conozco, y sé que cuando se me van los demonios soy temible y poco puedo hacer para contenerme. Vamos, que mejor que se lo piensen muy bien los chuchos del barrio antes de provocarme, o podrían llevarse una buena paliza.

El caso es que nos hemos tropezado con la pareja de boxer con los que tuve un incidente el día de nochevieja.

Cuando los he visto se me han revuelto las tripas y mi primera reacción ha sido salir disparado hacia ellos a darles una buena paliza, que hoy no me iban a pillar de sorpresa como la otra vez.

Como iba atado con el invento del canalla y el Cano también tiraba de mí para atrás no he podido avanzar hacia ellos. Vamos, si no me sujetan entre los dos les doy una buena tunda.

Entonces le he dicho al canalla que mejor diéramos la vuelta, que no quería cometer un disparate y buscarnos la ruina. Así que, al final, hemos dado la vuelta y buscado una variante de paseo para no tener un mal encuentro.

Pero que quede claro que ha sido para evitar una masacre, que si los cojo no dejo naíca de ellos.

Porque me han sujetado...
Porque me han sujetado, que si no me los como...

16.2.06

El concierto

El otro día tuvimos una actuación musical en el barrio.

Estaba organizada por la Agrupación de Cánticos y Ladridos Populares Santa Cecilia Perruna.

Para lo intespectivo de la hora, era a media tarde, pues a los perrines no nos dejan salir de noche solos, hubo buena entrada.

Allí aparecimos el Cano y yo, la Keka y Carta, que estuvo un rato pero se fué. Morgan y Luna escucharon desde su privilegiado palco casero.

Nos lo pasamos chachi. El repertorio no estuvo nada mal.

Lo malo es que el concierto terminó antes de tiempo y de forma accidentada. No sé si es que al Cano no le gustó una de las piezas del maestro o qué, pero ya se pueden imaginar. La emprendió a mordicos con la guitarra del pobre músico y no quedó de ella ni una mala nota de Re.

Ahora, el señor músico no hace más que pasarse por casa de vez en cuando a buscar al canalla, diciéndole no sé qué de una factura de su guitarra nueva. Parecía enfadado y todo.

Desde luego, al Cano este no se le puede llevar a eventos tan sofisticados. No sabe apreciar el valor de la buena música. O quizá sí, y lo que pasa es que la quiso toda para él.

Cano, Cano... que hay cosas que son para escucharlas, no para comérselas...

De concierto estábamos
Fue todo un éxito el concierto... mientras duró.

13.2.06

Speedy Cano

Ya les he contado alguna vez lo duro que es convivir con el Cano.

Como sabrán, además de pesado y nervioso, es incansable el tío. No hay quien le siga el ritmo.

A veces salimos a entrenar juntos (el mundial se acerca) pero al final lo tengo que dejar por imposible.

Ahí les dejo una demostración multimedia de lo que es capaz el tío. Además de los entrenamientos de carrera y vuelo rasante nos hemos preparado una coreografía al son de la música.

Vean, vean el video:


Video del Cano
(Video wmv - 980 kb)

Canes protectores

Es bien sabido que una de las virtudes que a los canes con pedigree nos adornan es el instinto protector.

De hecho, nuestros humanos no serían nada sin que nosotros los protegiéramos bien protegidos. Se vendrían abajo, de puro cobardicas que son.

Si no, que se lo digan al canalla, que si no lo protegiéramos nosotros...

Nada, ahí les dejo una instantánea, en un momento de mucha tensión, en plena labor de protección al canalla.

Perrines protectores
Si no le protegiéramos nosotros no sé que sería de él, pobre infeliz...

11.2.06

Paseos demasiado cortos

A ver si adivinan a quién le ha parecido demasiado corto el paseo de hoy.

Sí. Premio.


Con el arnes en la boca

5.2.06

Volando voy II

Zi me llamaz voy volaaaannndo.
Pero volando de verdaz.
Guauuuuu

Cano volando
Acudo por el aire zi hace falta

2.2.06

Junta vecinal canina

El otro día me empapé vivo por culpa de la junta vecinal del canalla. Por eso hemos hecho una junta vecinal canina para discutir nuestras cosas.

No estábamos todos, faltaban Luna y Morgan, pero éramos suficientes. Allí aparecieron Carta, Keka, el Cano y yo mismo.

Tras un rato de deliberación acordamos hacer un borrador de manifiesto para reclamar a nuestros respectivos humanos.

Por tanto, exigimos:
  • 4 paseos al día. Y nada de dar la vuelta a la manzana. No, paseos de al menos una hora cada uno.
  • Alimentación sana, digna y abundante. Se acabaron las bolitas marrones. Bocatas de pavo para todos.
  • Acceso libre y directo al sofá. Que no nos regañen y, mucho menos aún, nos echen del sofá cuando estamos echando nuestra siestecita.
  • Las zapatillas de nuestros humanos son, por definición, nuestras también. Tenemos derecho a cogerlas cuando sea y usarlas de almohada si así nos place.
  • Cuando llegue la época veraniega exigimos ir a la playa al menos una vez a la semana.
  • Se acabó el salir a la calle atados como si fuéramos delincuentes. Libertad a todos canes.
  • Prohibimos terminantemente que nuestros humanos nos dejen sólos en casa y se vayan por ahí toda la mañana. Queremos estar acompañados todo el día.
Bueno, ya iremos sumando más exigencias a la lista. Estamos abiertos a vuestras sugerencias de mejora del manifiesto.

Junta vecinal canina
Estuvimos discutiendo largo rato qué hacer con nuestros humanos