30.4.05

Escondiendo tesoros

Me han pillado escondiendo uno de mis tesoros.

Se trata de mi huesecico. Bueno, no soy tonto. Sé que no es un huesecico de verdad, pero me encanta pasarme todo el rado mordisqueándolo, hasta que consigo sacarle jugo.

Lo que pasa es que no puedo estar en todo. Uno también tiene que irse a su rincón a perezar, o salir a la terraza a vigilar el vecindario, o corretear por la casa o, simplemente, salir fuera cuando es la hora de mi sagrado paseo.

Por eso no me gusta que mis cosas más preciadas queden al alcance de los canallas de mis humanos. Hoy pensé esconder bien mi huesico, para que no les diera a ellos por comérselo, pues no sería la primera vez que amenazan con quitarme alguna de mis preciadas posesiones.

Y ahí me fuí, a buscar el mejor escondite para el huesico. Lo malo es que me han pillado en plena faena "ras, ras, ras", escarba que te escarba para hacerle un hueco y taparlo bien tapadito, todo lo más discretamente posible para que ellos no lo pudieran encontrar.

He intentado hacerme el disimulado y fingir como que no había ocurrido nada y que yo sólo pasaba por allí. Pero para mí que no se lo han creído.

No me han regañado apenas, pero lo malo es que ése ya no será un escondite seguro.

Tendré que ir pensando en otro escondite y vigilar para que no me pillen mientras escondo mis tesoros.

escondiento el huesico
He intentado disimular como que no pasaba nada, pero no sé si ha colado

28.4.05

Pollos energizer

Tal vez se haya preguntado el sufrido lector cómo es posible que un perrín doméstico común como es mi caso (bueno, común, común, tampoco) puede ser capaz de escribir aquí y hacer las cosas que hace.

Les confesaré un secreto. Una parte de esa capacidad se debe a mi selecta combinación genética, una mezcla de los más heterogéneos y selectos pedigrees caninos que uno se pueda imaginar. Pero la otra parte tiene que ver con mi alimentación.

Soy aficionado al pollo. Aunque una vez estuve a punto de cazar y comerme uno crudo, normalmente me gusta cocido, en su punto, y con una pizca de sal.

Pero la materia prima es vital. Los pollos que como provienen de la Carnicería-Charcutería Pedro José, donde tienen los mejores pollines del mundo mundial. Se lo dice un paladar selecto.

Sí, ya sé que esto suena algo a publicidad encubierta. Bueno, ni encubierta ni nada, a publicidad pura y dura. Pues sí ¿qué pasa?. Desde ahora tengo patrocinador oficial y todo.

¿No anuncian el Beckham y el Ronaldinho cosas varias que ni siquiera ellos usan?. Pues yo también, con la diferencia de que yo de esos pollos no dejo una miga siquiera. En todo caso, alguna vez escondo para después un cachico en algún rincón de la casa, no vaya a llegar el canalla de mi humano a quitármelo para comérselo él. Como si no lo conociera.

Pues eso, que mientras nuestro patrocinador siga surtiéndome con tan suculentos manajares mi energía, vitalidad e inteligencia caninas están garantizadas.

Y tú, ¿aún no has probado los pollos de la Carnicería-Charcutería Pedro José?.

¿Lo ven? ¿a que se me da bien esto de hacer publicidad?.


Los pollos más energéticos del mundo están en la Carnicería Charcutería Pedro José
Los pollos más energéticos del mundo están en la Carnicería-Charcutería Pedro José

26.4.05

En el mar II

Estaba yo muy asustado en la orilla de la playa, viendo como las olas del mar estaban a punto de engullir a mi humana. Hay que ver, para una que no sale canalla y se la iban a comer las olas...

Pero claro, allí había mucha agua y yo allí no era más que una insignificancia, que poco podía hacer en una lucha cuerpo a cuerpo contra toda la bravura marina.

Cuando vi que mi humana me necesitaba sin más remisión hice de tripas corazón, y pese al miedo que tenía, me lanzé a la desesperada, despreciando los males que allí pudieran esperarme.

Pensaba vender cara mi derrota. Ellas, olas siniestras, mojarían y podrían engullirme, pero no habían probado aún mi mordida. Grrr, Grrr!! Guauu, Guauu, Guauuu!!

Entonces pasó algo extraño. Dejé de tocar el suelo, todo mi cuerpecillo se sumerjió y creí que ahí acabaría todo también para mí. Sin embargo, no sé bien cómo, al instante mi cabeza salió fuera del agua y pude volver a respirar. Mis paticas se movían enloquecidas adelante y atrás, arriba y abajo.

Fue increíble, no me hundía y, además, conseguía avanzar hacia adelante. Mi pecho parecía que iba a reventar de un momento a otro, frenético, "bum-bum, bum-bum, bum-bum".

En apenas dos segundos, y no sé explicar bien cómo, me sentí capaz de dirigirme exactamente hacia donde yo quería, en este caso a donde estaba mi humana, indefensa ante el bramar marino.

No sin gran esfuerzo, conseguí alcanzarla y ponerla a buen recaudo. Entonces, y sólo entonces, comencé a darme cuenta de lo que me estaba pasando ¡¡había aprendido a nadar!!. Ya de vuelta, buscando ganar la orilla, hasta pude sentir cierto placer al comprobar la sensación del agua pasando bajo mí y mis paticas llevándome hacia donde yo quería.

Más tarde, ya repuesto de la tremenda excitación de esa primera sesión de natación, yo solito decidí repetir la experiencia, pero esta vez por mero placer, pues en la anterior, con todo el asunto del rescate de mi humana, no había podido apenas disfrutar la experiencia.

La verdad es que fue una de las cosas más chulas que me han pasado nunca.

Y ni siquiera necesité profesor de natación.






25.4.05

En el mar

Ayer estuve en el mar.

Ya estuve una vez en algo parecido. Aquello me pareció lo más grande del mundo, pero resultó que no, que eso se quedaba pequeño comparado con lo que vi ayer.

En el sitio aquél de la otra vez me llevaron atado con mi correa y el suelo no era de la tierra esa rara de ayer, una de grano tan tan fino que se mete por entre los dedos de las paticas y da como cosquillas. Además, la primera vez no pude correr a mi aire como sí pasó esta vez.

La verdad es que al principio me daba algo de miedo ver tanta agua junta. Luego cogí confianza y no se pueden vds. imaginar lo bien que lo pasé corriendo, saltando, haciendo agujeros (en uno escondí mi pelotica para que no me la quitara el canalla de mi humano), jugando con otros perrines que había por allí...

Corrí a un lado y a otro, me revolqué en la arena, olisqueé todos los restos que el mar trae a la costa. No vean qué rico repertorio olfativo ofrece una playa como ésa.

Lo que me daba miedo era acercarme demasiado al agua. No se pueden imaginar vds. cuánta agua junta había allí.

Mi humana se metió dentro y todo. Yo traté de persuadirla para que no lo hiciera, pues allí dentro, con tanta agua, no podía pasarle nada bueno. Le ladré una y otra vez que no entrara más adentro.

Yo ladraba desde la orilla, claro, pues no me iba a meter yo ahí. Pero ella seguía allí dentro y la cosa tenía muy mala pinta. Fíjense que hasta pensé en entrar yo y todo a socorrerla.

Y así estaba yo, preguntándome a mí mismo ¿entro o no entro?. De hacerlo sería la primera vez en mi vida que me mojaba en un sitio así de grande, donde, por supuesto, no se veía el fondo donde apoyar mis cortas paticas. Lo más hasta enconces había sido una bañera. Pero claro, eso casi que no cuenta.

Se preguntarán si al final llegué a meterme o no al horrible charco gigante aquél.

Me temo que tendrán que esperar al próximo día para saberlo.

Ayer fui a la playa
¿Entro o no entro? ¡¡Uff, qué miedo!!

23.4.05

Se buscan amigos de animales en Granada

Perrín y gatoComo saben, yo fuí un perrín abandonado. Hace ya de eso más de un año. Al menos eso creo, porque los perrines intentamos olvidar esas cosas tan traumáticas.

Yo tuve algo de suerte, pues conseguí que unos humanos se dejaran adoptar por mí. Luego resultó que eran algo canallas (sobre todo él), pero claro está que estar con ellos es infinitamente mejor que andar por las calles abandonado.

Por eso, como no me gusta que mis colegas lo pasen tan mal como lo pasé yo, intento ayudar cada vez que puedo.

Me dicen mis colegas perrunos de Granada que están teniendo problemas en un Refugio. Es el de la Asociación de Amigos de los Animales de Granada (España).

Aunque les cuidan bien, el refugio está hasta los topes y necesitan más humanos para cuidarles.

Por eso lanzo desde aquí este llamamiento, para que si eres un perrín de la zona de Granada le ladres a tu humano que puede ayudar como voluntario en este refugio, pues les hace mucha falta.

Si tú que nos lees no eres perrín, sino un humano, y me refiero a un humano de verdad, además de colaborar con el refugio en tus ratos libres, puedes dejarte adoptar por uno de mis colegas perrunos (y gatunos, que también los hay).

Me dejaron unos datos de contacto:

Si eres un humano dispuesto a dejarte adoptar, esta misma asociación te brinda unos útiles consejos para que aprendas a tratar bien a los perrines abandonados cuando son adoptados, como me pasó a mí.

La pelotica

Ya les conté que mi primo Leo y yo tenemos muy buen rollito para comer juntos, e incluso procuramos no hacernos daño de verdad cuando jugamos a las peleas.

Sin embargo hay cosas que no son justas. A ver, si yo cogí primero la pelotica ¿porqué ahora la quiere Leo?.

Es mía, porque yo la cogí. Lo demás son excusas. ¿Que la pelota estaba en casa de Leo?. Nada, nada, excusa barata.

Además, a Leo no le sirve. Yo soy capaz de cogerla entera con la boca, pero a Leo, que es muy chiquitín, no le cabe en ella. Cuando me la quita y sale corriendo con ella lo hace sujetándola de los hilillos que lleva la pelotica, pero no cogiéndola entera, que es como debe hacerse.

Así, como ahora es mía, decidí llevármela a mi casica. Pero el canalla de mi humano que la quitó de la boca y se la volvió a dar al Leo. Creo que lo tienen enchufado porque es aún es un cachorrín.

Quiero la pelotica. Auuuuuuuu.

Me quedo la pelota
Que no. Que yo la ví primero y ahora me llevo a mi casica.

21.4.05

Despatarrar

Una de las cosas que más mola cuando se echa uno la siesta con los humanos es poder relajarse hasta extremos insospechados. Vamos, lo que se dice despatarrarse vivo.

Como vds. saben, los perros somos de naturaleza vigilante, y pasamos buena parte del tiempo en tensión y plena vigilancia, no sea que le vaya a pasar algo malo a nuestros humanos o, lo que es peor, a nuestra comida.

Sin embargo, a veces uno consigue tumbarse un rato a la bartola, acurrucado en el regazo de ellos. En ese momento, en el que uno se siente protegido del todo, es cuando puede dejar que el cuerpo adopte posturas relajantes a su aire, sin hacer el más mínimo esfuerzo. Que cada cada parte del cuerpo vaya para donde tenga que ir.

Y son más buenos los sueñecitos que le entran a uno ahí... Bueno, de hecho, yo, cuando duermo muy muy profundamente tengo sueños, y dicen mis humanos que ladro en sueños. Pero eso, eso es otra historia...


Me despatarro vivo
Qué gusto da relajarse y despatarrarse vivo

20.4.05

El apretón II

Hoy he vuelto a tener otro apretón y otra incontinencia. Pero ya aviso que no ha sido mi culpa, que fue sin querer queriendo.

Resulta que anoche me pegué un buen festival de pollo. Estaba incluso como a mí me gusta: bien cocidito y en su punto de sal. Y bueno, a ese festín no queda más remedio, antes o después, que darle salida por alguna parte.

El caso es que, esta mañana, el canalla de mi humano me dió un paseo express como acostumbra cuando es temprano y tiene prisa por irse y abandonarme. Tanta prisa se dió, y tan concentrado iba yo siguiendo el rastro olfativo de los perrines del barrio, que ni tuve tiempo ni me acordé de hacer mis necesidades fisiológicas más sólidas, vds. ya me entienden.

Después de mucho tiempo sólo y abandonado en casa, aguantado la necesidad, mi humano volvió por fin a por mí, y me llevó a ver a Leo en el chisme ése tan veloz que llaman coche.

Tan emocionado iba yo de pensar en jugar a las peleas con Leo, y tanto movimento a un lado y a otro, que mis tripas también se removieron más de la cuenta. Yo le ladré a mi humano que no tomara las curvas tan bruscamente, que me iba de vareta. Pero claro, él ni caso. Y así hasta que no pude aguantar más y ... bueno, ya se pueden imaginar.

Mi humano ha empezado entonces a olisquear, se ha girado y cuando ha visto lo que ha visto se ha puesto a insultarme y a maldecir a gritos.

Me ha llamado guarro, el muy canalla... Si yo realmente fuera guarro me hubiera quedado ahí tranquilamente, refocilándome con los frutos de mi hazaña. Pero no, yo no soy un guarro. Si lo fuera no me habría ido enseguida al asiendo delantero huyendo de aquello. Porque no vean vds. la olor que se ha formado allí. Vamos, para eso estaba yo, para quedarme ahí con el pastel que se había montado...

Menos mal que el canalla siempre lleva una mantica sobre el asiento del coche, la ha quitado junto con los restos del incidente, y así la cosa no pasó a mayores.

Yo pensé que la manta esa era para que yo estuviera más cómodo, pero ahora ya no lo tengo tan claro...


En el asiento trasero me vino el apretón
El apretón me vino cuando estaba en el asiento trasero

17.4.05

Paticorto

Hoy me han llamado una cosa muy fea: paticorto.

Creo que era una excusa para no dejarme jugar en el equipo de fútbol-can del barrio. Lo que son es unos discriminadores y unos prejuiciosos. No me han visto a mí coger velocidad con estas paticas que tengo. Ni saltar, no saben bien cuánto puedo saltar.

Lo que me tienen es envidia, porque soy más hábil y guapo que ellos.

Algo hablaron de genealogía y pedigrí y no sé qué. Creo que lo de paticorto era una excusa para no querer reconocer mi depurado linaje. También hablaron algo jocoso sobre que mi pedigrí no lo encontraba ni el más reputado investigador de la genealogía egipto-faraónica. No sé qué habrán querido decir, pero seguro que algo malo.

Paticorto yo... pues sí. Auuuuuuuu

Paticorto me llamaron
Los muy difamadores me llamaron paticorto. Auuuuuu

16.4.05

Entrenamiento futbolístico

Ahí les dejo un video de mi último entrenamiento futbolístico.

Algunos ya se pensaban que uno es un inconstante y un caprichoso, que ahora se pone con una cosa y ahora la abandona. No, uno es persistente. Hasta que no consiga un fichaje futbolístico de postín no pararé.

Vean, vean cómo voy mejorando mi dominio del balón.



14.4.05

Buen rollito

Leo es muy fiero cuando jugamos a las peleas, y yo no soy menos, vamos.

Pero es muy divertido hacer todo con buen rollito. Durante los juegos de peleas los dos ponemos todo nuestro empeño e ímpetu, para tratar de ganar al otro por fuerza, habilidad, rapidez, astucia…

Sin embargo, cuando nos ponemos a comer juntos lo hacemos con muy buena sintonía. A diferencia de otros perrines, nosotros no discutimos por la comida, al menos cuando hay suficiente para los dos, claro. La abuela se empeña en ponernos de comer en cacharros distintos, uno para cada uno, pero lo que a nosotros nos gusta es compartir el mismo plato.

Si yo como de un plato, Leo se pone a comer del mío, si él cambia de plato, yo como también del suyo. Siempre juntos. Si uno tiene sed, el otro le acompaña a beber agua, chof, chof, chof. Cuando uno quiere ir a corretear por la huertecilla, el otro detrás, pataclás, pataclás, pataclás.

Y claro, si uno se pone a ladrar, el otro le hace los coros, guauuuu, gu-gu-guaauuu.

Así da gusto

Bueno, nos cuesta más ponernos de acuerdo sobre la propiedad de la pelotica de tenis. Pero eso es otra historia…


Comiendo juntos en armonía
Cuando comemos juntos siempre hay buen rollito

12.4.05

Rex

Hace unas semanas Rex lo estaba pasando muy mal. Andaba sin rumbo por las calles, pasando hambre, sed y calamidades. Pero aún peor, estaba solo, desorientado, triste y despistado, pues no sabía porqué le pasaba lo que le estaba pasando.

Afortunadamente, se topó con un humano con el que congenió rápidamente y se hicieron inseparables. Ahora Rex ya parece un perrín sano, pues cuando se hizo amiguito de Ginger estaba en los puros huesos. Sí, sí, fíjénse en la foto.

Hay que se muy mala gente para abandonar a un coleguilla como este...

¡¡Enhorabuena!! Rex, y ¡¡enhorabuena!! Ginger.


Fíjense como estaba el pobrecito Rex
Fíjense cómo estaba el pobrecito Rex al poco de hacerse amiguito de Ginger

11.4.05

Lobo

Hoy, mi novia Carta y yo hemos ayudado a que el vecindario madrugara un poco más de lo normal.

Carta llevaba varios días sin ver a sus humanos, así que cuando apareció hoy en el patio de al lado (¿les dije que además de novios somos vecinos?) se encontró muy sola, y muy triste porque sus humanos aún no habían aparecido.

Y claro, ya saben lo que nos pasa a los perrines cuando estamos en una situación así. Nos salen los ancestros y se nos manifiesta el lobo que todos llevamos dentro desde lo más remoto de los tiempos.

Así, ni corta ni perezosa, Carta se puso a aullar como una verdadera y linda lobita: "Auuuuuuuuuuuuu"

Y claro, es mi novia, y una colega perruna. Así que no la iba a dejar sóla en dicha tarea. Como, además, me acababa de abandonadar mi humano también, pues me puse yo también a hacerle los coros, para que supiera que no estaba sóla y que yo le pensaba ayudar a aullar para que sus humanos la oyeran y vinieran de inmediato.

Y ahí estábamos los dos, aúlla que te aúlla, a dúo:
"Auuuuuuuuu"
"A-A-Auuuuuuu"

Hoy, los más remolones del barrio no han llegado tarde a trabajar como suelen. Y todo gracias a nostros dos.

8.4.05

Leo el fiero

Mi primo Leo está resultando ser un auténtico perro fiero.

Conforme va creciendo aprende rápido, el muy pillo. Bien es cierto que teniéndome a mí como maestro es más fácil que salga un perrín espabiladito y valiente.

Lo que no esperaba es que en tan poco tiempo pudiera ser tan hábil, peleón y, sí, porqué no decirlo, fiero.

Entre otros trucos que ya les contaré, ha aprendido el de morderme en los pelos del moflete, a la altura de los bigotes, vamos, que es una zona de difícil defensa y bastante dolorosa si le engancha a uno bien enganchado.

Y no tiene hartura el tío. Y mira que a mí jugar a las peleas es lo que más me gusta, pero él siempre me sigue el ritmo, y hasta consigue agotarme ¡¡él a mí!!.

Creo que será un buen perrín. Listo, diestro y... fiero.


Mi primo Leo ha salido muy fiero
Hay que ver qué fiero que ha salido el primo Leo

Más perros bitacoreros: Buffy y Rufus

Gracias a Verdi me estoy dando cuenta de que eso de que un perrín como yo se ponga teclear con sus paticas no es, ni mucho menos, algo único.

Hay dos colegas más que tienen su propia bitácora. Se trata de Buffy y de Rufus. Buffy aún es prácticamente un cachorrín. Tiene seis meses, es simpático y algo travieso. Rufus, por su parte, es un auténtico pionero en lo de los animales blogeros, pues lleva escribiendo en su bitácora desde el 2002. Guaaauuuu.

Pues nada, dos coleguillas más a seguirles las andanzas. Creo que terminarán siendo dos de mis muy más mejores amiguitos.

Un fuerte ladrido desde aquí.

Rufus Buffy
El de la tarta es Rufus. El otro colega es Buffy.

3.4.05

El okupa

El inquilino okupaAyer descubrí que tenía un inquilino no solicitado.

Ya ha llegado el buen tiempo, el calorcillo, las tardes son más largas, puedo perezar tumbado panza arriba y tomar el solecito. Hummmm... qué bueno.

Pero también hay cosas de este cambio de tiempo que no me gustan tanto. Ayer, durante el paseo pude escaquearme un rato de la presencia opresora de mi humano canalla y corretear por la huerta cercana. Pero más tarde descubrí una extraña presencia.

Era como de fenómeno paranormal: sientes que hay una presencia en tí, que hay alguien más ahí, que no estás sólo contigo mismo. Y un picor en la oreja te avisa de que algo no anda bien.

Rascas por aquí, rascas por allá, pero el picor no cesa.

Al fin pude dar con lo que estaba pasando. Un invitado no deseado se había colado en mi orejina, de la que quería hacer su morada. Mi humano dijo algo de agarrar una pata, lo que me dejó algo desconcertado, pues a mí lo que me molestaba era la oreja, no la pata.

Bueno, el caso es que al final puede deshacerme de ella.

Mi humano dijo también algo sobre unas pipetas y que habrá que cambiar el collar. Nada, que no se entera. Que no es en el cuello, sino en la oreja donde tenía las molestias.

Estos humanos es que no dan una...