El canalla, además de canalla, nos ha salido asustador de niños.
Resulta que ayer era el día de un tal Joselín o algo así, y por eso se dejaron caer por la puerta de casa unos niños vestidos de forma rara.
Para su desgracia, nos pilló justo en el momento de nuestro sagrado paseo. Hacia la puerta íbamos ya los tres (el canalla, el Cano y yo) , listos y dipuestos para salir pitando a nuestro paseo.
Justo sonó el timbre cuando nosotros ya estábamos en el patio, casi saliendo. Entonces oigo que uno de los niños le dice al canalla:
- "¿Susto o caramelos?"
Y el canalla, con nosotros ya con las correas puestas, va y les dice: "Pues va a ser susto", al tiempo que abre la puerta y salimos todos en tropel.
Claro, nosotros salíamos disparados, pero a donde íbamos era a dar nuestro paseo, y para ir hacia el jardín teníamos que pasar por donde los niños. Eso era lo que ellos no sabían, que nosotros íbamos de paseo, no a asustar niños.
Pero el canalla no sólo no les explicó eso, sino que se puso a decir tonterías del tipo: "¡Vamos! ¡Ataca! ¡Comeos a los niños!, no dejéis un trocico siquiera".
Pobrecillos, qué susto se llevaron. Tendrían que haberlos visto, dando media vuelta, corriendo y gritando como si realmente hubieran visto al Joselín ése.
Luego, ya de regreso del paseo, el canalla les dijo que él sólo había hecho lo que le pedían, que si susto o caramelos, y que lo que más a mano tenía era a nosotros dos para darles un susto.
Le tuvieron que explicar al muy tontico que el susto se lo tenían que dar a él, y no al revés, y que el tal Joselín no era ningún vecino de por allí, sino un tal Hallowen, que tampoco sé quien es, pero que no debe ser pariente del Joselín el otro. En fin, un lío padre.
Al final, el canalla les dio unos caramelos a los niños y se fueron tan contentos, con caramelos, sí, pero con susto también...
Y para eso ni siquiera hizo falta que nos pusiéramos una máscara como el colega este de la foto que les dejo más abajo.

Ni siquiera tuvimos que recurrir a una máscara como ésa para asustar a los niños.