Gracias a Verdi me estoy dando cuenta de que eso de que un perrín como yo se ponga teclear con sus paticas no es, ni mucho menos, algo único.
Hay dos colegas más que tienen su propia bitácora. Se trata de Buffy y de Rufus. Buffy aún es prácticamente un cachorrín. Tiene seis meses, es simpático y algo travieso. Rufus, por su parte, es un auténtico pionero en lo de los animales blogeros, pues lleva escribiendo en su bitácora desde el 2002. Guaaauuuu.
Pues nada, dos coleguillas más a seguirles las andanzas. Creo que terminarán siendo dos de mis muy más mejores amiguitos.
Un fuerte ladrido desde aquí.
El de la tarta es Rufus. El otro colega es Buffy.
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