Nos emboscamos el Cano y yo bajo la cama y aguardamos sigilosamente. Esperamos a que el canalla, como cada tarde, se tumbara panza arriba a resoplar como siempre, con esos ruidos tan desagradables y poco elegantes que suelta.
Cuando estaba en todo lo suyo salimos de debajo de la cama sin hacer ruido alguno, nos preparamos, nos agazapamos y, a la de tres, saltamos los dos a la vez sobre la cama.
Atacamos al canalla tendiéndole una emboscada
Pero luego el muy cortabollos se quejaba de que le habíamos estropeado (un poco) una camiseta nueva y carísima que había adquirido en un centro de alta costura.
El caso es quejarse. Total, por un pequeño agujerito de nada, del tamaño de un colmillo.
Qué humanos. No saben encajar una broma...
Se queja el tío por un agujerito de nada...
5 comentarios:
jajaja ¡genial! a veces hace falta ¡dejar las cosas claras!
algo xagerao el "Canalla"; tampoco hay pa tanto por lo de la camiseta
patita pa Ti y pa Cano (que no escribe casi)
si señor, se lo merecia. bien hecho. reivindicando derechos ;)
jajajajajja!!!!!!!!!!! Que se jorobe el canalla!!!!!!!
Jajajajajaja...
No se cómo he llegado hasta aquí, pero esto está sumamente divertido...
Creo que no te perderé de vista!!!
Un ladrido!!!
jajaja, tamaño colmillo???? meunudos tiranosaurios estaís hechos!!! que no digo yo que no se lo merezca, pero jijiji y a la altura de la panza!!! ;)
Por cierto, felíz cumpleaños, eso me recuerda que empece casi en tu primer post y aquí sigo, eso si que es fidelidad canina!!
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