Bueno, el caso es que el pasado día 12 cumplimos un año contando nuestras aventuras y desventuras y, aunque parezca que no, nos han pasado unas cuantas cosas desde entonces.
Les hago un pequeño resumen, sobre todo para los últimos coleguillas que se han incorporado:
Bien, yo nací..., yo nací... bueno, no sé exactamente cuándo nací porque, aunque estaba allí, era muy pequeño como para acordarme y después nadie ha sido capaz de recordármelo, pues los malnacidos con los que viví hasta que dejé de ser un cachorro me abandonaron vilmente en la calle.
Tras vagar por ahí un tiempo y pasar hambre, frío, soledad y mucho miedo localicé una casa donde me pareció que podría vivir bien. En esa casa vivían dos perrines con pinta de estar bien tratados y comer todos los días. Uno era ya viejín (Sultán), y el otro un adolescente como yo lo era entonces (Nerón). Hice de la puerta de la casa mi trinchera, y allí me planté día y noche hasta que, unos días después, les convencí de lo bueno que sería que se dejaran adoptar por mí.
Algo más tarde me mudé de casa, y me vine a donde vivo ahora con el canalla y mi linda humana. Seguimos pasando por casa de la abuela casi todos los días, para visitar al Nerón y al Sultán. Sin embargo, Nerón sufrió un mortal accidente de tráfico en una de sus escapadas y Sultán, el pobrecín, murió de viejito la última navidad. Al poco tiempo apareció por allí mi primo Leo, que es la mar de divertido para jugar a las peleas.
Ya les hice un primer resumen de esa parte de mi vida en el que les contaba algunas aventuras, como cuando me dejé adoptar, mis posturas para el chantaje emocional, cómo vigilo al canalla por si tiene alguna enfermedad, cuando me regañaron porque delaté al canalla y su costumbre de atarme a la puerta del bar, que si me acosa un animalejo raro llamado aspiradora, las tentaciones caninas irresistibles, mi técnica para mejorar mi olor personal, una enfermedad muy rara que tengo que se llama podofilia, o cuando intentaron usarme para traer el periódico, también aprendí a encender el aire acondicionado yo sólo, tuve mis problemas y peleas con la jauría terrorífica del Gabi (unos perros feroces de aquí al lado), mis habilidades futbolísticas, alguna juerga que otra (menudo pedo en nochevieja), otra vez que me pusieron a hacer rappel canino (pa habernos matao), mi habilidad para funcionar como un reloj canino, perezas varias... En fin, no se pierdan los Momentos Peludos si quieren ponerse al día de esa primera parte de mi vida.
Desde entonces también me han pasado muchas otras cosas. Por ejemplo:
- Cómo fue aprendiendo Leo a jugar a las peleas y la técnica de la envolvente.
- Una serie de carteles canófobos hicieron que, además de no poder fumar a gusto, hasta intentara aprender a hacer mis necesidades donde las hacen los humanos.
- Conocí a varios colegas más, de los que me hice muy más mejor amiguito y a los que me gusta dar un abrazo canino cada vez que los veo, como Bobby, Patachula (pobrecina, abandonada y con su patita malita), que se hicieron pareja de hecho. Incluso algunos son amigos del Interné.
- Conocí el mar y hasta me hice vigilante de la playa.
- Ayudé al canalla con el kit canino de supervivencia callejera.
- Pero, por supuesto, el principal cambio en mi vida en este año, fue toparme hocico con hocico con el Cano, mi hermano de sangre, y también abandonado como yo ahora que ya no es cachorro. Un día vino a cenar, y terminó quedándose a vivir con nosotros, aunque aún tiene problemas de educación (es un poco bruto y algo meón de más). A mí me dío algo de tirria al principio, pero ya se me va pasando. También tuvimos que hacer algunos ajustes en las rutinas diarias.
- Por supuesto, también tuve tiempo para mis perezas, echar la siesta con el Canalla, o con el Cano, más de una vez, aunque alguna vez me pillaron haciéndolo donde no debía y ligeramente intoxicado.
- No faltaron los fenómenos extraños, como cuando salí volando por los aires sin motor, o cuando el Cano tuvo una visión paranormal a través del espejo. Qué les voy a contar de la visita de unos extraños extraterrestres del planeta Saltimbanqui, que hacían mutar a los perros del barrio en seres horribles.
En fin, qué rápido se ha pasado este año, y qué interesante ha sido. A ver que tal se nos da el próximo.
2 comentarios:
Pos que sean muchos años mas los que nos estes contando tus aventuras :)
Feliz aniversario Peludo! Seguiré leyéndote tantos años como desees continuar escribiendo, que espero sean muchos :)
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