26.4.05

En el mar II

Estaba yo muy asustado en la orilla de la playa, viendo como las olas del mar estaban a punto de engullir a mi humana. Hay que ver, para una que no sale canalla y se la iban a comer las olas...

Pero claro, allí había mucha agua y yo allí no era más que una insignificancia, que poco podía hacer en una lucha cuerpo a cuerpo contra toda la bravura marina.

Cuando vi que mi humana me necesitaba sin más remisión hice de tripas corazón, y pese al miedo que tenía, me lanzé a la desesperada, despreciando los males que allí pudieran esperarme.

Pensaba vender cara mi derrota. Ellas, olas siniestras, mojarían y podrían engullirme, pero no habían probado aún mi mordida. Grrr, Grrr!! Guauu, Guauu, Guauuu!!

Entonces pasó algo extraño. Dejé de tocar el suelo, todo mi cuerpecillo se sumerjió y creí que ahí acabaría todo también para mí. Sin embargo, no sé bien cómo, al instante mi cabeza salió fuera del agua y pude volver a respirar. Mis paticas se movían enloquecidas adelante y atrás, arriba y abajo.

Fue increíble, no me hundía y, además, conseguía avanzar hacia adelante. Mi pecho parecía que iba a reventar de un momento a otro, frenético, "bum-bum, bum-bum, bum-bum".

En apenas dos segundos, y no sé explicar bien cómo, me sentí capaz de dirigirme exactamente hacia donde yo quería, en este caso a donde estaba mi humana, indefensa ante el bramar marino.

No sin gran esfuerzo, conseguí alcanzarla y ponerla a buen recaudo. Entonces, y sólo entonces, comencé a darme cuenta de lo que me estaba pasando ¡¡había aprendido a nadar!!. Ya de vuelta, buscando ganar la orilla, hasta pude sentir cierto placer al comprobar la sensación del agua pasando bajo mí y mis paticas llevándome hacia donde yo quería.

Más tarde, ya repuesto de la tremenda excitación de esa primera sesión de natación, yo solito decidí repetir la experiencia, pero esta vez por mero placer, pues en la anterior, con todo el asunto del rescate de mi humana, no había podido apenas disfrutar la experiencia.

La verdad es que fue una de las cosas más chulas que me han pasado nunca.

Y ni siquiera necesité profesor de natación.






6 comentarios:

Anónimo dijo...

Menudo campeón estás hecho...da gusto ver como aprendes a toda velocidad. Enhorabuena

ZiRRuS dijo...

Si es que es innato en tí ;). Aprovecha de ese don que se te ha dado y disfruta.

Nos vemos!

Anónimo dijo...

Pero si pareces Mark Spitz!!

Anónimo dijo...

Uau, Peludin! Que a mi me gustan muchisimo los atletas! Si querés, podré organizar un fan-club!

pestiña, de Brasil

Unknown dijo...

Joe peludo, felicidades colega.
Yo me tire al agua en un estanque cuando tenia dos meses, sali pero nunca mas me volvi a meter salvo mis pezuñas.
Igual la playa me encanta.
haces huecos en la arena para buscar petroleo como yo?
saludos colega

Unknown dijo...

juju, se te ve como con miedito cuando no haces pie, quiero decir pata...

imprescindible sacudirse cerca de un humano para dar la jornada por finalizada :p