Pues ya no habrá más problema con eso, porque ya no hay juguetes chillones. El muy bestia del Cano se los ha comido todos. Sí, sí, se los ha comido.
Al principio se pegaba unos sustos de muerte cuando le mordía al bichejo ése y hacía ruido, pero cuando cogió confianza le pegaba unos mordiscos que se montaba un tremendo concierto de pito él sólo.
Todo el tiempo estábamos de pelea por el juguete verde chillón
Siempre estábamos peleándonos por el juguete verde y por la pelota chillona. Pero un día apareció el canalla con otro juguete verde chillón. Ello no significó menos peleas, porque entonces jugábamos a quitarle el juguete al otro y, entre tanto, montábamos la orquesta sinfónica canina. Todo un recital de pito el que dábamos cada día.
Pero claro, tales mordiscos le metía el Cano a los juguetes que terminó por zampárselos vivos. Bueno, zampárselos del todo no, porque el canalla lo vió justo a tiempo de quitárselo y tirar a la basura el juguete verde con su agujero y con el trozo que le había arrancado el bestia del Cano.
Una vez cogido el gusto y la confianza, sólo fue cuestión de minutos que hiciera lo mismo con el otro juguete verde y con la pelota chillona.
Vamos, ahora es un corte de rollo. Si queremos que algo haga ruido al morder tenemos que ir a morderle al canalla en los tobillos o algo más arriba, donde más le duele. Pero mira, le está bien merecido, por canalla.
Hay que ver qué poco nos duró el juguete verde chillón. Qué destrozón es el Cano...
1 comentario:
por yo antes los rompia todos, cuando creci ya no mas, y ahora tengo los mismos juguetes hace años..
en fin.. este cano.
saludos perrunos pa los dos...
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