Hoy casi inundamos el barrio de agua. Pero ha sido sin querer queriendo, que conste.
En realidad, lo que queríamos hacer era demostrarle al canalla que podemos ser autosuficientes y que él, tan chulito como se pone, no es imprescindible.
Como ya les dije,
el Cano salió muy meón, así que todavía se mea de vez en cuando junto a la puerta del patio (incluso en algún otro sitio de dentro de la casa) y el canalla no hace más que usar la manguera para echar unos chorrillos de agua para limpiar donde se mea el Cano.
El Cano ya llevaba varios días seguidos sin mearse. Sin embargo, hoy se ha vuelto a mear junto a la puerta del patio. Hemos pensado que lo mejor sería que el canalla no se enterara, pues lleva unos días con un humor de perros (vaya, me salió un chiste sin querer). Si
fui capaz de encender un chisme electrónico como el aire acondicionado ¿cómo no iba a ser capaz de abrir un simple grifo?.
Así que nos fuimos los dos a donde el grifo y le dimos a la manivela, como le hemos visto hacer siempre al canalla, y hemos limpiado con la manguera donde el Cano se meó.
Lo malo es que cuando le he preguntado al Cano "Oye, ¿ésto cómo se cerraba?, es que no estoy seguro" me ha dicho que él tampoco se acordaba, que él siempre se fija cuando el canalla lo abre, pero que luego se queda mirando el chorro de agua correr y no recuerda haberle visto cerrar el grifo.
Jó, lo mismo que me pasa a mí. Así hemos estado un rato, intentando cerrar el grifo, pero nada, que no había manera. En un arreón hasta lo hemos abierto aún más.
Madre mía, que lío con el agua, saliendo sin parar y chorreando por la calle abajo.
Lo peor de todo es que vivimos en una zona donde el agua escasea y dejarla correr así es algo que no se debe hacer. Pero, pobres de nosotros canes, no sabíamos cómo cerrar el dichoso grifo. En uno de los empujones hemos conseguido que saliera algo menos de agua, pero aún así, aquello prometía convertirse en la Venecia canina. Desde luego, de seguir así iba a haber agua para todos, para todos los vecinos y para alguien que pasara por allí.
Menos mal que ya era casi la hora de que llegara el canalla y ha llegado justo a tiempo de evitar una catástrofe acuífera.
Pero bueno, por lo menos hemos limpiado el pipí del Cano y jugado un rato a las piscinas.

Hemos jugado a las piscinas y repartido agua para todos