9.2.05

No me moverán

Que no. Que no salgo. De aquí no me muevo.

Hay que ver lo fácil que se acostumbra uno a lo bueno. Y es que a mí no me gusta que me cambien el quehacer diario, especialmente si el cambio es para peor.

Los últimos días, gracias a la ola de frío y a alguna que otra tormenta de lluvia, había dormido dentro de la casa, con mis humanos, que es lo que a mí más me gusta. Pero ahora, dicen los muy canallas que ya que no hace tanto frío ni llueve debo volver a mi casica de la terracilla.

No sé ya cómo explicarles que a mi lo que me gusta es estar en la casa grande. No, no es porque tenga miedo de estar sólo o porque me gusten mucho los mimos. No. Lo que pasa es que quiero estar seguro de que a ellos no les pasa nada malo, y saber así que están protegidos por mí en todo momento y, de paso, que no corre peligro mi sustento diarío, claro.

El caso es que, después de explicarles de todos los modos posibles que no quiero pasar la noche ahí fuera, tuve que tomar una decisión drástica: me hice fuerte bajo la cama. A ver si tenían narices a sacarme de allí. Yo no tenía prisa ninguna.

Al final, tras casi una hora de encierro, con los bajos de la cama como trinchera, me tendieron una emboscada, por sorpresa y por dos frentes a la vez, y me desalojaron más mal que bien.

En fin, el caso es que al final he tenido que pasar de nuevo la noche casi a la intemperie. Eso sí, como venganza me he puesto a ladrar lo más fuerte que he podido ya bien de madrugada.

Que se achinchen.

De aquí no me muevo
Que no, que no duermo en la calle. De aquí no pienso salir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ainsss ten cuidado con los ladridos a media noche a ver si se van a enfadar y va ser peor el remedio que la enfermedad :-(

Anónimo dijo...

duende

Di que si, encima que cuidas su salud, ellos te mandan a la calle, son unos desagradecidos, pero ten cuidado, no salgan en plena noche con el periódico enrrollado....

Anónimo dijo...

Peludo eres un chucho de lo más guay.
Me tienes encandilada.
Saludos en forma de ladrido.