24.2.05

El gato del 8

Hoy le pillé in fraganti.

Llevaba días tras su rastro: una olorcilla por aquí, una huella por allá, restos de mi comida que desaparecían... pero hoy pude verle cara a cara.

Como imaginaba, era un gato. El del número 8 precisamente.

El tío morrístico se ha creído que porque sabe escalar tiene derecho a ir por ahí robándole la comida a indefensos canes como yo. Pues se equivoca.

Yo soy muy pacífico, y no soy racista. No tengo nada contra los gatos. Pero claro, si me invaden la morada y me roban la comida ya me empiezo a poner de mal humor.

Y luego además, pasa que cuando se acercan y los huelo, y los veo así, tan creiditos, tan sobrados, tan chulitos, tan soberbios y prepotentes... Mira, me pongo, me pongo grrrrrr, porque soy pacífico, que si no le metía un bocado en todo el lomo que se iba a enterar el imbécil éste de quién soy yo.

Mira, que lo hago trizas aquí mismo y...

¿Ven? Si es que van provocando por ahí y, claro, al final pierdo los estribos.

Ahí tienen al gato del nº 8
Ahí lo tienen. Tan chulito. Provoncando

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los gatos es que se las saben todas XD
Pero piensa que pobrecillos muchos viven en la calle y se tiene que buscar la vida como sea.