Pues ahora está verificado. Tras una profunda investigación en la genética y pedigree de mi primo Leo he llegado a la conclusión de que efectivamente es un doberman. Pequeño, muy pequeño, pero doberman al fin y al cabo.
Ya me lo debía de haber avisado su prestanza a la pelea, su agilidad para correr, saltar y, sobre todo, su habilidad en el juego de las peleas.
Si les quedaba alguna duda veánlo por vds. mismos. Ahí les dejo un par de fotos. En una sale Leo, y en la otra un auténtico doberman. Sólo serán capaces de reconocer cuál es Leo y cuál el doberman porque en la foto de Leo salgo yo también, que si no...
A ver si saben cuál es cuál
3 comentarios:
Es facil, bobo, Leo tiene cara de cachondeo, de no creerselo. Además, es muchísimo más dificil llevar se un doberman-micro con dignidad. me dice la veva que lo más divertido que ha visto (yo no había nacido) fue a un doberman chulito aullando por el barrio, corriendo despendolado.....con un terrier micro agarrado a los abalorios.....jejejejeje. desde que se inventó la patada en los huevos, no hay hombres altos!
Mmmh,¡un doberman!
Me dan un miedo bárbaro. Pero si es tu primo debe ser buena gente.
Saludos,
joe como crece el leo ein...
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