Lo que pasa es que no consigo recordarle, pero el parecido físico es bestial, su olor me es más que familiar, y hasta corre y salta parecido a como lo hago yo.
Si todo eso no fuera suficiente indicio, la forma de tumbarse panza arriba ante el canalla a la más mínima carantoña es más que significativa.
De momento, hemos ampliado el contenido del kit de supervivencia callejera. Ayer hicimos un tramo del paseo juntos, y pudimos darle unas poquitas bolitas marrones, que se comió con pura ganancia.
Bueno, ahí van dos fotos, a ver si saben cuál soy yo y cuál mi presunto hermanito. Mi foto también es de cuando aún era un perrín abandonado.
¿Nos parecemos o no? A ver si sáben cuál de los dos soy yo.
2 comentarios:
la primera foto es la de tu hermano, no hay duda
solo necesita un baño
cuando lo va a adoptar tu bípedo cuidador??? donde hay uno hay dos dicen no???
Verdi tiene razón (el olfato canino no se equivoca). Estoy segura que la primera foto es la de tu hermano y la segunda la tuya. Y como decían los payasos "No hay nada más lindo que la familia unida". Ládraselo y verás como te hace caso, en el fondo tiene buen corazón. Suerte.
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