29.9.04

Salir del armario

Es muy duro para mí, pero tengo que confesar públicamente algo muy importante:

SOY UN GATO DENTRO DE UN CUERPO DE PERRO

Me costó mucho admitirlo. Cuando lo descubrí aullé como un lobezno toda la noche. Tras la cena de anoche, descubrí de dónde provenía mi comida de ayer, esa que tanto me gustó. Aquél bote de comida de gato me abrió los ojos. ¡Qué gran desgracia la mía!. ¡Me gusta la comida de gato!. Finalmente tuve que asumirlo: ¡soy un gato!.


Auuuuuuuuu
Auuuuuu. Qué desgracia la mía. Me gusta la comida de gato. ¡¡Soy un gato!!


Ya me resultaba a mí sospechoso el tremendo pánico que me daba el Rottweiler del vecino y que me apeteciera jugar con el gato de la acera de enfrente.

¿He dicho ”acera de enfrente”?. Claro, normal. No tengo remedio. Lo dicho, soy un gato.

1 comentario:

Anónimo dijo...

duende

www.chitycarballo.com/duende

Pobre Peludo, lo habéis desorientado!!!!, haced el favor de presentarle a una perrita guapa para que se aclare.... pobre :)