Sin embargo, para que no piensen que le tengo mucha mucha tirria, hoy voy a contar algo bueno de él.
En realidad no se trata de como me trata (¿ven el juego de palabras?) sino de que resulta muy cómodo para echar una buena siesta.
Como está algo gordelio, si uno le coge bien la posturita y se acurruca en el sitio exacto, la siesta es de lo más agradable que uno pueda pensar.
En cuanto veo que se queda dormido subo sigilosamente y me coloco en el sitio exacto, con la cabecica justo encima del brazo, que hace de perfecta almohada. El lomo se deja reposando en el hueco que queda entre su lomo el brazo.
Vamos, un hueco que ni hecho a medida. Me quedo dormido tan profundamente que hasta sueño con mis amiguines, que jugamos a las peleas, correteamos por enormes jardines, que estoy rodeado de bellas perrinas, que tengo para comer montañas y montañas de mulos de pollo a la plancha...
Uff, cuando el canalla no se da cuenta y consigo colarme un buen rato ahí, son las mejores siestas caninas del mundo mundial.
Hay que acoplarse justo en el hueco y con la cabecica sobre el brazo
3 comentarios:
jajajajajajajjajaja!!!!!!!!!!!
y despues dices que es un canalla, si no puede ser...
pelu ese bípedo te adora joe...
saludos
uy, pero q interesa, si pareces un gatooo!!! jojojo...
q imagen más tierna, oys!! (espero q no le cantase el ala al humano)
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