Al principio, el canalla se echaba en los bolsillos unas bolitas marrones o golosinas caninas y se las daba a alguno de los colegas perrunos, abandonados por las calles del barrio, con los que nos topábamos a diario.
Desgraciadamente, cada vez son más los colegas que tenemos localizados y que dan tumbos por el barrio, perdidos, asustados, desconfiados y hambrientos. Algunos malnacidos humanos andarán por ahí con la conciencia tranquila y todo tras haberle hecho tan infame cosa a mis colegas.
Bueno, el caso es que ahora ya no es suficiente con los bolsillos del canalla, y hemos decidido organizarnos algo mejor.
Ahora, antes de salir, preparamos un pequeño kit para los colegas del barrio que no pueden comer bien todos los días.
El kit consta fundamentalmente de:
- un par de bolsitas de bolas marrones perrunas
- una bolsita de bolas marrones gatunas
- cacharrito con agua limpia y fresca
Normalmente, los beneficiarios habituales de dicho kit son mi muy más mejor amiguito Bobby, mi presunto hermanito y un gatico que hace compañía a Bobby en su ingrato trabajo en el sector de la construcción. Evidentemente, si aparece otro colega en nuestro camino le sacamos también a él una ración, que por falta de bolitas marrones no va a ser.
Bueno, esa que les contaba es la versión del kit para paseo a pata. Hay otra versión más completa, especial para llevar en el coche del canalla.
A mí, todo lo que sea ayudar a mis colegas me parece fantástico. Lo que no veo claro es que alguno de ellos termine por venirse a casa conmigo. Qué quieren que les diga, los cánidos somos muy nuestros con el sentido de la propiedad inmobiliaria.
El kit de supervivencia callejera
5 comentarios:
peludo, dile al canalla que es buena persona, eso de preocuparse por los colegas de la calle dice mucho de el.
Peludo, leo todo lo que escribes. Me encantan tus aventuras, tus amiguitos, y todo lo que cuentas.
Una fan de peludo
Como comentaba Melisa en un post anterior, tu canalla, Peludo, es muy poco canalla. Ánimo para sus buenas acciones.
Hay canallas y canallas. Aqui en mi tierra, hace unos 10 años, hubo un ministro del trabajo, persona muy canalla ( este verdaderamente) y corrupta, que decia que "mis perros también son gente" quando los transportaba en coche oficial hasta el veterinario. Fue destituido del cargo, pero ganó mi simpatia. Total, uno no puede ser canalla siempre. Todos tenemos momentos de angel y de diablo...
es cierto, Peludín, tienes muy bien entrenado al canalla!
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