Lo malo es que me engañaron como a un can. Me dijeron que si me portaba bien y me comía toda mi comidica crecería hasta hacerme igualito a él.
Ahora que lo vuelvo a ver resulta que está igual de grandón, o más, que antes.
Con él es divertido jugar, pero uno se aburre enseguida. Bilbo intenta seguirnos a Morgan y a mí cuando jugamos a las carreras, pero claro, con lo grandón que es apenas consigue llegar a donde nosotros estamos. Y cuando él llega nosotros ya nos vamos.
Otras veces jugamos al escondite. Yo gano siempre, porque él no sabe que yo lo que hago es meterme justo debajo de él que, además de gigantón, es peludo y negrito como yo, con lo que el camuflaje es perfecto, y cuando estoy debajo desaparezco totalmente de su vista.
Lo que pasa es que esa técnica es peligrosa. En un momento del juego consiguió encontrarme, pero de pura casualidad. En un descuido mío se puso a andar sin que yo me diera cuenta y me pegó tal pisotón que grité del daño que me hizo, y claro, me pilló.
Lo peor no fué eso, sino que aprovechó que me tenía justo debajo para pegarme un lametón y casi me ahoga vivo.
Cuando juego al escondite con Bilbo me meto debajo y no se entera
1 comentario:
menudo tamaño tiene, no me extraña que te pise..
cuidate y juga mucho con el, tiene cara de buenao...
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