20.5.05

Humillación

Les había estado contando esta semana algunas de las cosas malas que me hizo el otro día la humana mala de verde. Pero no había terminado, no. Ya quisiera yo.

No les he contado aún lo peor. Sí, sí, lo peor. Porque lo de mi oído fue muy doloroso, pero el dolor se soporta más fácilmente que la humillación. Además de hacerme daño me humillaron vilmente.

Había pasado ya un ratico en aquella casa, conociendo un colega y un par de gaticos que había por allí. Ya estaba más tranquilo. Entonces, me subieron sobre la fría mesa y, mientras mi humano canalla me decía cosicas al oído (para distraerme), de repente, y sin que yo pudiera reaccionar, la humana mala de verde me metió vilmente una cosa muy desagradable justo por ahí, sí, por el agujerito ése que queda justo debajo del rabito.

Los ojos se me abrieron como platos y las orejas se pusieron totalmente en punta, alerta. Pero ya era demasiado tarde. Ya tenía esa repugnante cosa dentro de mí.

Doler también dolió algo, pero no se pueden vds. imaginar qué humillación tan grande sufrí entonces.

Mi dignidad se me escapaba en un chisme de plástico con numeritos al que la humana mala de verde miraba con mucho interés.

Hay que ver, cuántas malas cosas me hicieron aquel día y qué mal rato pasé...

Les dejo una imagen. Cómo será de dura que hasta el censor tomó cartas en el asunto y le metió mano a la imagen para que no se hiriera la sensibilidad del estimado lector.
Menos mal que al día siguiente pude resarcirme. Ya les contaré.


Humillación canina
Qué humillación. Hasta el censor tomó cartas en el asunto

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://blogia.com/buffy/index.php?idarticulo=200505192#comentarios