Y no vean la energía que tiene el puñetero. No se cansa nunca. Hay días en los que hasta es capaz de cansarme a mí.
Lo bueno es que ya no tengo que llevar tanto cuidado al jugar a las peleas. Antes le dejaba ganar de vez en cuando y procuraba no hacerle daño cuando le daba alguna de mis mordidas. Pero ahora tengo que ponerlo todo si no quiero que me gane el tío.
Menos mal que sólo nos vemos un ratico al día, mientras el canalla come en casa de la abuela. Bueno, ayer nos dejaron juntos, y solitos los dos, casi toda la tarde. Por la noche me dolían hasta los pelos de la hincheta a jugar a las peleas que nos dimos. Como podrán imaginar me quedé frito vivo tan pronto caí en mi camica.
Miren, miren qué grandullón está el Leo:
¿Ven? ¿Ven lo grandullón que está?
4 comentarios:
Jolines, te saca casi dos cabezas!!!!!!!!!!!!
Jo con Leo ya es casi tan grande como tú, no te dejes vencer!!!
te he linkado a mi blog, majete
Seguro que no es un leopardo camuflado? (al llamarse leo...)
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