El otro día, poco antes de llevarme a la casa de la humana mala de verde para que se comieran mi linda melena, como se ve que el canalla debía de tener la conciencia muy muy pesada por lo que estaba a punto de perpretar, me quiso mimar, para ir confiándome y engañarme vilmente como hizo finalmente.
Me sacó el huesico grande. Bueno, a mí no me la dan, y sé que es un huesico de mentira, pero da mucho gustirrinín pegarle mordisquillos e ir sacándole el jugo, poco a poco. Porque esa es otra, no hay quien se lo meriende en dos bocados. Hay que morder, y roer una y otra vez, para ir reblandeciéndolo, ñam, ñam, ñam, ñam, y así todo el rato. Vamos, que resulta la mar de entretenido.
Lo que pasa es que a veces no es fácil agarrarlo bien con las dos paticas, pero con un poquito de práctica hasta he sido capaz de combinar dos de mis cosas favoritas: comerme el huesín y tumbarme panza arriba. Para eso tengo que conseguir mantener el huesín en lo alto agarrándolo sólo con mis dos paticas mientras estoy tumbado panza arriba.
Hay que emplear toda la habilidad y coordinación canina, pues al menor descuido el huesico podría caer al suelo si no lo sujetamos bien con las paticas delanteras.
Cuando esta postura cansa, se puede uno poner en otra más clásica y fácil de mantener, que es boca abajo y apoyando el huesico en el suelo, pues así resulta más fácil sujetarlo, pues además de las paticas puedo usar el suelo como apoyo.
A ver si se van a creer que el día a día perruno está exento de complejas técnicas y habilidades.
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1 comentario:
peludo menudo huecito te han dado,
El tamaño del huecito es proporcional a la culpa de los bipedos, lo tengo comprobado.
saudos perrunos
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